Sus amplias lecturas le enseñaron a Cuadra que la epístola es un arte que se puede practicar con un estilo más popular y asequible. “El secreto de la correspondencia”, decía Virginia Woolf, “es el interés por el otro”. En este libro, el “otro” –el destinatario– realmente es todo aquel interesado en conocer el desarrollo de la novelística universal, en un tono que elude el academicismo, sin perder rigor intelectual. Es la obra de un gran lector, privilegiada con el magisterio de un gran escritor, que nos deja una estupenda guía de lectura anterior al boom latinoamericano.
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