La primavera ha llegado y el polen se siente en el aire. Al bebé Oso no le gusta el polen—se le pega en su pelaje y lo hace tener comezón y estornudar. ¡Él es alérgico! ¡Achís! Desearía que el polen no existiera. Cuando sus amigos se reúnen para decirle por qué nececitan el polen, el bebé Oso aprende que el polen es bueno para el bosque y que provee alimento para muchos animales, ¡que lo incluyen a él! El polen puede ser algo que todos odiemos pero, ¿realmente podemos sobrevivir sin él? Esta historia explica por qué lo necesitamos.
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