El uso excesivo del teléfono ha crecido de manera alarmante entre un gran número de usuarios de telefonía. Los médicos han definido este hábito como "adicción al móvil", o de manera más eufemística, "problemas de uso del teléfono móvil". También se ha acuñado el término de “nomofobia” como el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil.
Aunque no existe todavía un consenso entre médicos y psiquiatras acerca de la definición de este hábito telefónico excesivo como una adicción, está teniendo un tremendo impacto en nuestra sociedad. Los teléfonos móviles han cambiado de forma rápida y drástica las prácticas sociales, nuestras relaciones humanas y la manera de hacer negocios. Sin embargo, paradójicamente, no somos todavía conscientes del impacto en nuestras vidas.
Las personas están sustituyendo, a gran escala, la valiosa experiencia de charlar con la gente cara a cara con enviarles un texto que consta de un par de palabras y abreviaturas. La interacción real está desapareciendo; da la impresión de que hay una falta de la realidad, que ha sido sustituido por una realidad virtual. Esto genera un círculo vicioso: cuanto menos interactuamos con otras personas, más nos cuesta hacerlo, hasta que llega un punto en que no sabemos cómo actuar si no tenemos nuestro móvil a mano.
Aunque no existe todavía un consenso entre médicos y psiquiatras acerca de la definición de este hábito telefónico excesivo como una adicción, está teniendo un tremendo impacto en nuestra sociedad. Los teléfonos móviles han cambiado de forma rápida y drástica las prácticas sociales, nuestras relaciones humanas y la manera de hacer negocios. Sin embargo, paradójicamente, no somos todavía conscientes del impacto en nuestras vidas.
Las personas están sustituyendo, a gran escala, la valiosa experiencia de charlar con la gente cara a cara con enviarles un texto que consta de un par de palabras y abreviaturas. La interacción real está desapareciendo; da la impresión de que hay una falta de la realidad, que ha sido sustituido por una realidad virtual. Esto genera un círculo vicioso: cuanto menos interactuamos con otras personas, más nos cuesta hacerlo, hasta que llega un punto en que no sabemos cómo actuar si no tenemos nuestro móvil a mano.