«Expresión de un hondo humanismo, su enfoque interesará tanto
al lector profano como al especialista sensible a las relaciones entre
su quehacer y la comunidad. Al igual que todas las revoluciones del
conocimiento que lo precedieron -la de Aristóteles, la de Galileo, la de
Newton, la de Darwin, la de Freud, la de Einstein- el descubrimiento del
ADN sitúa la existencia humana en un nuevo marco histórico tan
cautivante como polémico.
Consciente de las consecuencias éticas, subjetivas e interdisciplinarias
que entraña el acceso a la información genética, la autora rehúye las
racionalizaciones fáciles y cualquier triunfalismo tecnocrático para
internarse, con lucidez y cautela, en el territorio brumoso e
insoslayable del sentido del conocimiento.
"ADN. El detector de mentiras" es un libro apasionante, rico en
testimonios y abierto a esa pluralidad de perspectivas que exige la
comprensión cabal del complejísimo asunto que se tiene entre manos. Con
él, Viviana Bernath, investigadora de creciente prestigio profesional,
se revela como una de nuestras mejores divulgadoras científicas».
Santiago Kovadloff
al lector profano como al especialista sensible a las relaciones entre
su quehacer y la comunidad. Al igual que todas las revoluciones del
conocimiento que lo precedieron -la de Aristóteles, la de Galileo, la de
Newton, la de Darwin, la de Freud, la de Einstein- el descubrimiento del
ADN sitúa la existencia humana en un nuevo marco histórico tan
cautivante como polémico.
Consciente de las consecuencias éticas, subjetivas e interdisciplinarias
que entraña el acceso a la información genética, la autora rehúye las
racionalizaciones fáciles y cualquier triunfalismo tecnocrático para
internarse, con lucidez y cautela, en el territorio brumoso e
insoslayable del sentido del conocimiento.
"ADN. El detector de mentiras" es un libro apasionante, rico en
testimonios y abierto a esa pluralidad de perspectivas que exige la
comprensión cabal del complejísimo asunto que se tiene entre manos. Con
él, Viviana Bernath, investigadora de creciente prestigio profesional,
se revela como una de nuestras mejores divulgadoras científicas».
Santiago Kovadloff