Llevarse bien con el tiempo no es fácil. Cuando tenemos mucho que hacer nos justificamos porque tenemos mucho que hacer; cuando tenemos poco que hacer también nos justificamos porque tenemos poco que hacer. ¿Quién sale perdiendo? Quienes nos aman y a quienes amamos. Hablar con Jesús cada día te enseñará otra relación con el tiempo.
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