Ante la actual situación política y económica que vivimos, todos nos hemos preguntado más de una vez ¿qué haría yo si tuviera el “poder” para cambiar las cosas? ¿Cómo enderezaría esta situación? ¿Qué cambiaría? ¿Cómo reconduciría a los hombres; a la sociedad entera? ¿Cómo orientarlos? ¿Cómo encarrilarlos? ¿Cuál es la medicina?
Este pensamiento, a primera vista bien intencionado, no es más que una muestra de supina ingenuidad y arrogancia. La Divinidad, al ser la única que sabe dónde tenemos que ir, es la única que sabe cómo tenemos que ir. Pretender saber más que Dios cómo hacer que las cosas se perfeccionen lo más rápidamente posible, es de iluso. El Arte de rectificar a los hombres –la Alquimia− es, de hecho, la Gran Obra de Dios.
Este libro –basado en un antiguo texto alquímico, de autor desconocido− nos enseñará por qué ocurre lo que nos ocurre (tanto a nivel personal como social) y, si queremos colaborar (y no enredar más), dirá a cada lector en concreto, qué debe corregir, qué debe cambiar, qué debe mejorar, qué debe perfeccionar y, finalmente, qué transmutar.
Este pensamiento, a primera vista bien intencionado, no es más que una muestra de supina ingenuidad y arrogancia. La Divinidad, al ser la única que sabe dónde tenemos que ir, es la única que sabe cómo tenemos que ir. Pretender saber más que Dios cómo hacer que las cosas se perfeccionen lo más rápidamente posible, es de iluso. El Arte de rectificar a los hombres –la Alquimia− es, de hecho, la Gran Obra de Dios.
Este libro –basado en un antiguo texto alquímico, de autor desconocido− nos enseñará por qué ocurre lo que nos ocurre (tanto a nivel personal como social) y, si queremos colaborar (y no enredar más), dirá a cada lector en concreto, qué debe corregir, qué debe cambiar, qué debe mejorar, qué debe perfeccionar y, finalmente, qué transmutar.