La meta final de la vida humana es alcanzar la felicidad, vivir en "la Casa del Padre", que prometió Jesús a sus discípulos y, también, al Buen ladrón. Esa realidad misteriosa que todavía no hemos experimentado, es, sin embargo, algo que justifica los más íntimos deseos y esperanzas del corazón humano.
Por eso, merece la pena meditar sobre el cielo y la vida que nos aguarda tras la muerte, siguiendo las enseñanzas de la Iglesia.
José Miguel Pero-Sanz, nos ofrece en estas páginas unas consideraciones luminosas y prácticas para fomentar la esperanza del cielo y animarnos a aprovechar bien esta vida.
El autor ha publicado también en esta editorial El Símbolo Atanasiano: De la Trinidad a la Encarnación, Isidoro Zorzano, San Nicolás y Santa Isabel: Reina de Portugal.
Por eso, merece la pena meditar sobre el cielo y la vida que nos aguarda tras la muerte, siguiendo las enseñanzas de la Iglesia.
José Miguel Pero-Sanz, nos ofrece en estas páginas unas consideraciones luminosas y prácticas para fomentar la esperanza del cielo y animarnos a aprovechar bien esta vida.
El autor ha publicado también en esta editorial El Símbolo Atanasiano: De la Trinidad a la Encarnación, Isidoro Zorzano, San Nicolás y Santa Isabel: Reina de Portugal.