A principios de siglo XIX la América española vivía en paz y tranquilidad, pero en 1808 España fue invadida por las tropas napoleónicas y se dio comienzo a la lucha independentista. Inglaterra, que todavía resentía la intervención española con Bernardo de Gálvez, intervención que culminó con la independencia de sus colonias en Norte América, principió ayudando a España contra el invasor y terminó ayudando la rebelión en América. La Nueva Granada y Venezuela son claves para entender el germen secesionista que a partir de la Revolución Francesa, la Ilustración y el ánimo de Napoleón de hacerse con las provincias españolas de América para culminar sus arrebatos expansionistas, llevaron a estos pueblos, hasta entonces fieles a la Corona de Castilla, a rebelarse contra Napoleón y luego contra España. La historia que aquí se cuenta es la de don Joaquín de Mosquera y Figueroa, quien, en las postrimerías de su vida, decide contarle a don Fernando VII, también en las suyas, lo que él vio y oyó sobre esta gran conspiración y lo que el rey pudo haber hecho y no hizo. Mosquera y Figueroa fue presidente de la Tercera Regencia española, y firmó y sancionó la Constitución de 1812 y milagrosamente sobrevivió a las purgas de Fernando VII cuando éste regresó al trono. Lo que don Joaquín cuenta al Rey es absolutamente esclarecedor.
Este sitio es seguro
Usted está en un sitio seguro, habilitado para SSL. Todas nuestras fuentes son constantemente verificadas.