El presente libro es resultado de un trabajo de campo realizado por el autor entre 1990 y 1993 en algunas comunidades campesinas de Cusco, ofreciéndonos ricas observaciones etnográficas en las que se pregunta por la importancia individual y social de la embriaguez en los Andes. Siguiendo las ideas de Víctor Turner sobre transformaciones de las estructuras sociales y de Erving Goffman sobre construcción de identidades en relaciones cara a cara, analiza las borracheras como momentos de gran acción que rompen el curso de la vida cotidiana, creando una atmósfera de quiebre de roles y de jerarquías sociales, especialmente en las de género y etnicidad.
En términos etnográficos, es imposible alcanzar la meta de asir el punto de vista nativo, su relación con la vida y su visión del mundo. A lo que uno puede tener acceso es a una intersubjetividad creada cuando la comunicación toma lugar. Desde esta perspectiva, lo que para Catherine Allen fue el chacchado de coca, para Gerardo Castillo Guzmán es el beber alcohol, lo que crea el contexto por excelencia de comunicación. Todas las actividades y relaciones sociales analizadas toman lugar en dicho contexto y en aquellas es donde está puesta su atención al describir los eventos.
En términos etnográficos, es imposible alcanzar la meta de asir el punto de vista nativo, su relación con la vida y su visión del mundo. A lo que uno puede tener acceso es a una intersubjetividad creada cuando la comunicación toma lugar. Desde esta perspectiva, lo que para Catherine Allen fue el chacchado de coca, para Gerardo Castillo Guzmán es el beber alcohol, lo que crea el contexto por excelencia de comunicación. Todas las actividades y relaciones sociales analizadas toman lugar en dicho contexto y en aquellas es donde está puesta su atención al describir los eventos.