Melanie Heaton no está pasando su mejor momento en su matrimonio, las muchas infidelidades por parte de su marido están comenzando a desgastar el amor que, un día, sintió por Jonathan. Sin embargo, cree que puede perdonarlo, que todo volverá a ser lo de antes.
Gabriel Hudson es un pecado mortal que todas las mujeres desean en su cama. Atractivo y sensual, es un hombre que llama la atención por donde pasa. Aunque, no parece estar preparado para lo que siente al ver por primera vez a Melanie. Se siente atraído por ella de un modo visceral, sin embargo, al saber que está casada decide poner distancia entre ellos, con la esperanza de que la atracción morirá. Así que, para cuando vuelve tres meses después no está preparado, no sólo nada ha cambiado sino que necesita a esa mujer. Melanie lo atrae hasta un punto inhumano, todo su cuerpo la reclama como suya y lo peor es que ve que el sentimiento es mutuo. Sabe que siente lo mismo, que se deshace entre sus manos al mínimo toque.
Ninguno de los dos puede luchar contra una atracción igual y eso es peligroso, porque Melanie no se imagina lo que es Gabriel en realidad. Lo que esconde bajo una máscara de normalidad; sabe que no puede exponerla, que no debe hacerla suya… pero sus instintos se lo niegan. Necesita que Melanie sea completamente suya, en cuerpo y alma.
¿Puede haber una atracción tan difícil de soportar?
Gabriel Hudson es un pecado mortal que todas las mujeres desean en su cama. Atractivo y sensual, es un hombre que llama la atención por donde pasa. Aunque, no parece estar preparado para lo que siente al ver por primera vez a Melanie. Se siente atraído por ella de un modo visceral, sin embargo, al saber que está casada decide poner distancia entre ellos, con la esperanza de que la atracción morirá. Así que, para cuando vuelve tres meses después no está preparado, no sólo nada ha cambiado sino que necesita a esa mujer. Melanie lo atrae hasta un punto inhumano, todo su cuerpo la reclama como suya y lo peor es que ve que el sentimiento es mutuo. Sabe que siente lo mismo, que se deshace entre sus manos al mínimo toque.
Ninguno de los dos puede luchar contra una atracción igual y eso es peligroso, porque Melanie no se imagina lo que es Gabriel en realidad. Lo que esconde bajo una máscara de normalidad; sabe que no puede exponerla, que no debe hacerla suya… pero sus instintos se lo niegan. Necesita que Melanie sea completamente suya, en cuerpo y alma.
¿Puede haber una atracción tan difícil de soportar?