El más célebre y controvertido entre los cinco libros que componen el Fortalitium Fidei de Alfonso de Espina es el tercero De Bello Judeorum. Espina odia a los judíos que no recibieron a Cristo, hasta desearles el exilio, la cautividad y la hoguera en este mundo, y el infierno eterno en la ultratumba. Eso sí, “en los judíos buenos que se convirtieron a Cristo ya terminó la iniquidad, cesó el pecado y la cautividad, y serán libres para siempre”: El odio de Espina a los judíos no fue racial, sino teológico. Contra los judíos-practicantes y los falsos conversos luchó toda su vida y, como el Cid, consiguió victorias después de muerto. Porque Espina fue muy principal responsable de hechos tan notables en la historia de España como la institución de la inquisición castellana en 1478, del final de la reconquista y de la expulsión de los judíos en 1492.
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