Cuando Constantine Karantinos se enteró de que tenía un heredero, hizo todo lo que estaba en sus manos para reclamarlo. Apenas recordaba haberse acostado con Laura, al fin y al cabo no era más que una insignificante camarera…Quizá volver a acostarse con ella le refrescara la memoria…
Una vez en Grecia, resuelta a mantener su independencia como ama de llaves, durante el día Laura insistió en cocinar y limpiar. Sin embargo, por la noche Constantino le exigió cumplir con su deber en la cama.