Marco, estudiante en un college londinense, protagoniza esta novela juvenil que nos transporta a la Roma del siglo I a.C. a través de los poemas de amor de Catulo. La atracción que Marco siente por Isabel, una compañera de estudios, lo llevará a identificarse con el gran poeta latino.
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Ciertas novelas revelan las grandes pasiones de sus autores. Sin una enorme querencia por los clásicos, y en concreto por la obra de Catulo, los veteranos Carlo Frabetti y Franco Mimmi no hubieran podido escribir esta novela que recrea la figura del clásico latino a través de una de las peripecias más universales de todos lo tiempos: el amor.
Y es que, en la ficción novelesca, el amor que en Marco despierta Isabel, una compañera de estudios, le lleva a interesarse por una historia sucedida a dos amantes dos mil años atrás, entre Catulo, un joven poeta, y Clodia, el objeto de gran parte de sus versos. En la novela, el personaje elegido para transmitir estos históricos conocimientos es el padre del protagonista, quien a través del correo electrónico y de una correspondencia abundante va desvelando a su hijo los secretos, no sólo del enamoramiento de los dos jóvenes romanos, también las claves para amar la literatura, para leer a los clásicos y para entender la historia desde sus entresijos. Unos entresijos que se revelan llenos de paralelismos. No se trata ya de ver repetida la historia, sino de algo más: de comprender cómo lo pretérito explica y justifica nuestro día a día...
(Care Santos - El Cultural)
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Ciertas novelas revelan las grandes pasiones de sus autores. Sin una enorme querencia por los clásicos, y en concreto por la obra de Catulo, los veteranos Carlo Frabetti y Franco Mimmi no hubieran podido escribir esta novela que recrea la figura del clásico latino a través de una de las peripecias más universales de todos lo tiempos: el amor.
Y es que, en la ficción novelesca, el amor que en Marco despierta Isabel, una compañera de estudios, le lleva a interesarse por una historia sucedida a dos amantes dos mil años atrás, entre Catulo, un joven poeta, y Clodia, el objeto de gran parte de sus versos. En la novela, el personaje elegido para transmitir estos históricos conocimientos es el padre del protagonista, quien a través del correo electrónico y de una correspondencia abundante va desvelando a su hijo los secretos, no sólo del enamoramiento de los dos jóvenes romanos, también las claves para amar la literatura, para leer a los clásicos y para entender la historia desde sus entresijos. Unos entresijos que se revelan llenos de paralelismos. No se trata ya de ver repetida la historia, sino de algo más: de comprender cómo lo pretérito explica y justifica nuestro día a día...
(Care Santos - El Cultural)