Entregarse afectivamente no implica desaparecer en el otro, sino integrarse respetuosamente. El amor sano es una suma de dos, en la cual nadie pierde. La dependencia afectiva tarde o temprano genera sufrimiento y depresión: millones de personas en todo el mundo son víctimas de relaciones amorosas inadecuadas y no saben qué hacer al respecto, ya que el miedo a la pérdida, a la soledad o al abandono contamina el vínculo amoroso y lo vuelve altamente vulnerable. Un amor inseguro es una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento y lastimarnos profundamente. Sin embargo, y al contrario de lo que parece establecer el entorno social, sí es posible amar con independencia, eliminar las ataduras psicológicas y, pese a todo, mantener vivo el fuego del amor. La adicción afectiva es una enfermedad que tiene cura y, lo más importante, puede prevenirse. En Europa, ¿Amar o depender? ha vendido miles de ejemplares al año y se ha posicionado como un libro de referencia para guiar a las parejas en la sana costumbre de amar intensamente y sin apegos.
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