La vida de Faith va de desastre en desastre cuando su anciano y millonario esposo, Virgil Duffy, muere repentinamente dejándole en herencia el equipo de hockey de los Chinooks de Seattle. Ella no tiene ni idea de cómo gestionar el club y su hijastro está dispuesto a todo para arrebatarle la propiedad del equipo. Y, por si eso fuera poco, tendrá que enfrentarse al capitán del mismo, Ty Savage.
La existencia de Ty se centra en una sola cosa: ganar la copa Stanley. Para ello tiene que conseguir que la conejita de Playboy, que es ahora la propietaria de los Chinooks, deje de meter la pata y de convertir su vida en un perpetuo desastre.
Pero lo peor de todo ocurre cuando Ty y Faith comienzan, sin saber muy bien cómo, una relación que también parece abocada al desastre porque, ¿qué puede ser peor que enamorarse de la persona inadecuada?
La existencia de Ty se centra en una sola cosa: ganar la copa Stanley. Para ello tiene que conseguir que la conejita de Playboy, que es ahora la propietaria de los Chinooks, deje de meter la pata y de convertir su vida en un perpetuo desastre.
Pero lo peor de todo ocurre cuando Ty y Faith comienzan, sin saber muy bien cómo, una relación que también parece abocada al desastre porque, ¿qué puede ser peor que enamorarse de la persona inadecuada?