"Una novela en castellano escrita por un autor sefardí siempre es algo original, pero en este caso, hay algo más. Mucho más: Amor y exilios es una novela escrita por un poeta y eso siempre se nota. Y no sólo en el modo de abordar los sentimientos, o la textura de las situaciones, o los matices humanos que van componiendo una trama de distancias que se amplían y se acercan. La mano del poeta se nota sobre todo en el conocimiento del peso, el valor y la fuerza de cada palabra, componiendo un resultado a la vez duro y sutil.
Si os gustan los libros en los que la trama se centra en la lucha interior de un personaje, como por ejemplo los Puentes de Madison, no os perdáis esta novela de Mois Benarroch. No es una novela romántica aunque se hable de amor, ni una tragedia, aunque trate de lo irreparable. Es otra cosa.
Mois Benarroch es israelí, sefardita, y su modo de escribir en nuestra lengua, porque la obra está originalmente escrita en español, tiene un sabor peculiar que une ecos antiguos con la vibrante actualidad, la eternidad de la historia que nos cuenta. A veces parece una crónica y a veces una entrevista, a veces un romance en prosa, y a veces una página de sucesos, pero sin perder nunca el pulso narrativo característico del autor.
Amor y exilios habla de personas que se alejan por las circunstancias y que al mismo tiempo se acercan en el sentimiento. De un reencuentro, del imposible olvido, de la lucha a muerte entre el amor y la lealtad, entre la obediencia debida a las circunstancias y la vida real y las esperanzas, los deseos o las fantasías de los que esperan algo más de la vida.
Amor y exilios es la historia de cómo unas personas que procuraban no pensar en ello se dan cuenta finalmente de que la vida pasa y no son capaces de encontrar el modo de disfrutarla o hacerla plena, porque es tarde ya tanto para el amor como para el olvido. El encuentro no es un encuentro completo, porque el escenario de su memoria ha ido desapareciendo con la emigración y el tiempo. La separación tampoco puede ser completa porque hay personas que están más en nuestro destino que en nuestra biografía.
Quizás la idea central de esta novela, que recorre las calles del imaginario judío en el exilio, sea que nuestros sueños, nuestros anhelos, permanecen emboscados esperando una ocasión para saltar sobre la realidad y desvalijarla.
Y los sueños no perdonan.
Y los sueños tienen una puntería acojonante…"
Javier Perez
Si os gustan los libros en los que la trama se centra en la lucha interior de un personaje, como por ejemplo los Puentes de Madison, no os perdáis esta novela de Mois Benarroch. No es una novela romántica aunque se hable de amor, ni una tragedia, aunque trate de lo irreparable. Es otra cosa.
Mois Benarroch es israelí, sefardita, y su modo de escribir en nuestra lengua, porque la obra está originalmente escrita en español, tiene un sabor peculiar que une ecos antiguos con la vibrante actualidad, la eternidad de la historia que nos cuenta. A veces parece una crónica y a veces una entrevista, a veces un romance en prosa, y a veces una página de sucesos, pero sin perder nunca el pulso narrativo característico del autor.
Amor y exilios habla de personas que se alejan por las circunstancias y que al mismo tiempo se acercan en el sentimiento. De un reencuentro, del imposible olvido, de la lucha a muerte entre el amor y la lealtad, entre la obediencia debida a las circunstancias y la vida real y las esperanzas, los deseos o las fantasías de los que esperan algo más de la vida.
Amor y exilios es la historia de cómo unas personas que procuraban no pensar en ello se dan cuenta finalmente de que la vida pasa y no son capaces de encontrar el modo de disfrutarla o hacerla plena, porque es tarde ya tanto para el amor como para el olvido. El encuentro no es un encuentro completo, porque el escenario de su memoria ha ido desapareciendo con la emigración y el tiempo. La separación tampoco puede ser completa porque hay personas que están más en nuestro destino que en nuestra biografía.
Quizás la idea central de esta novela, que recorre las calles del imaginario judío en el exilio, sea que nuestros sueños, nuestros anhelos, permanecen emboscados esperando una ocasión para saltar sobre la realidad y desvalijarla.
Y los sueños no perdonan.
Y los sueños tienen una puntería acojonante…"
Javier Perez