Esta producción textual, como cualquier otro trabajo no es sólo el resultado de mi experiencia, sino que es fruto de una gran cantidad de ayudas externas recibidas de autores, profesionales, consultantes, y gente con la que convivo a diario; además, es el producto de fructíferos períodos de encuentro y reflexión.
Por estas razones, el material que estamos poniendo en sus manos contiene no sólo un aporte desde la psicología, sino también un alto grado de nuestro afecto y de la fortaleza espiritual que nosotros mismos hemos nece-sitado y recibido, y que nos es grato compartirlo desde la Fundación "Vida por Amor a Ellos".
Estamos convencidos de que estas páginas serán de gran utilidad para todos aquellos que, como parte de su vida, tienen que enfrentarse a la adversidad y han tomado la determinación de no rehuir el reto de seguir viviendo.
Una aclaración pertinente
Siempre que alguien acude a una persona que está atravesando alguna situación que le produce pena y dolor, no deja de tener la tentación de sentirse obligado a animar, sacar de la tristeza, alegrar el corazón de esa o esas personas.
Quienes trabajamos con personas en duelo y, además, hemos pasado por el crisol que significa una pérdida, hemos aprendido que lo que una persona afligida necesita no es quien le alegre la vida y le ayude a escapar del dolor, sino alguien que no se incomode con la tristeza y las lágrimas y esté dispuesto a acompañar y, quizá sin muchas palabras, a dar apoyo, orientación y consuelo.
De manera que el término reanimación se utiliza aquí, no en el sentido corriente que se le da en el lenguaje popular de levantar el ánimo, sino, prácticamente, en el sentido médico de la palabra: ayudar a recuperar los signos vitales a alguien que los ha perdido y podría dar la impresión de haber muerto, situación muy parecida a lo que le sucede a alguien que está experimentando un duelo. Y ese es precisamente el propósito de este libro: si está en sus manos es porque usted está viviendo (o sobreviviendo) una pérdida o desea ayudar de corazón a alguien a quien estima y está caminando por la senda del duelo.
Finalmente, considero pertinente aclarar que este libro no es un texto profundo ni con pretensiones académicas dada la estructura con la que fue pensado (ya buscaremos otro espacio para ello), pero no por ello escrito sin la seriedad y el respeto que los lectores merecen.
Por estas razones, el material que estamos poniendo en sus manos contiene no sólo un aporte desde la psicología, sino también un alto grado de nuestro afecto y de la fortaleza espiritual que nosotros mismos hemos nece-sitado y recibido, y que nos es grato compartirlo desde la Fundación "Vida por Amor a Ellos".
Estamos convencidos de que estas páginas serán de gran utilidad para todos aquellos que, como parte de su vida, tienen que enfrentarse a la adversidad y han tomado la determinación de no rehuir el reto de seguir viviendo.
Una aclaración pertinente
Siempre que alguien acude a una persona que está atravesando alguna situación que le produce pena y dolor, no deja de tener la tentación de sentirse obligado a animar, sacar de la tristeza, alegrar el corazón de esa o esas personas.
Quienes trabajamos con personas en duelo y, además, hemos pasado por el crisol que significa una pérdida, hemos aprendido que lo que una persona afligida necesita no es quien le alegre la vida y le ayude a escapar del dolor, sino alguien que no se incomode con la tristeza y las lágrimas y esté dispuesto a acompañar y, quizá sin muchas palabras, a dar apoyo, orientación y consuelo.
De manera que el término reanimación se utiliza aquí, no en el sentido corriente que se le da en el lenguaje popular de levantar el ánimo, sino, prácticamente, en el sentido médico de la palabra: ayudar a recuperar los signos vitales a alguien que los ha perdido y podría dar la impresión de haber muerto, situación muy parecida a lo que le sucede a alguien que está experimentando un duelo. Y ese es precisamente el propósito de este libro: si está en sus manos es porque usted está viviendo (o sobreviviendo) una pérdida o desea ayudar de corazón a alguien a quien estima y está caminando por la senda del duelo.
Finalmente, considero pertinente aclarar que este libro no es un texto profundo ni con pretensiones académicas dada la estructura con la que fue pensado (ya buscaremos otro espacio para ello), pero no por ello escrito sin la seriedad y el respeto que los lectores merecen.