Aprender a emprender es el título de un libro, pero también de una propuesta. Se trata de avanzar con ánimo y curiosidad sobre un mundo que la mayoría de las personas ve como lejano, ajeno y hasta intimidante. Intentemos dejar esos miedos atrás, tiremos a un lado los preconceptos que muchas veces nos dicen que algo no es para nosotros.
Convertirse en emprendedor supone la posibilidad de perseguir muchos sueños propios que, de otra manera, deberíamos olvidar. Si no encontramos un espacio para realizarnos y ser felices, ¿por qué no crearlo nosotros mismos? Todo lo que vemos en el mundo fue hecho por alguien que en algún momento apostó por una idea, tomó un riesgo que creyó valía la pena.
Nosotros podemos cambiar el mundo en mayor o menor medida, podemos impactar positivamente en las comunidades en las que vivimos con proyectos que brinden oportunidades y afecten la vida de decenas, cientos o miles de personas. Esto solamente puede sonar utópico para quienes no lo han intentado aún.
Convertirse en emprendedor supone la posibilidad de perseguir muchos sueños propios que, de otra manera, deberíamos olvidar. Si no encontramos un espacio para realizarnos y ser felices, ¿por qué no crearlo nosotros mismos? Todo lo que vemos en el mundo fue hecho por alguien que en algún momento apostó por una idea, tomó un riesgo que creyó valía la pena.
Nosotros podemos cambiar el mundo en mayor o menor medida, podemos impactar positivamente en las comunidades en las que vivimos con proyectos que brinden oportunidades y afecten la vida de decenas, cientos o miles de personas. Esto solamente puede sonar utópico para quienes no lo han intentado aún.