Este manojo de cuentos quiere ser también un homenaje a Poe y a Borges, ambos iniciadores de caminos. El miedo y el coraje, como otras oposiciones, forman parte, herméticamente hablando, de un mismo cotinuum, igual que el amor y el odio, la belleza y la fealdad, la oscuridad y la luz. Solamente las dos puntas son claramente discernibles. El horror no tiene contraparte, es único y solitario; ni la paz, la tranquilidad o la calma, constituyen sus antónimos. Ninguno alcanza a cubrir todas sus extrañas facetas desde una perspectiva contraria. Quizá sea absoluto, más que la muerte y el mal, que al menos contrastan con la vida y el bien.
El horror literario, empero, es el más inofensivo de todos, comparado con las pesadillas, el temor real o el metafísico y religioso, porque sólo está hecho de palabras. Posee, empero, la facultad de inquietar, común a todos. A modo de
El horror literario, empero, es el más inofensivo de todos, comparado con las pesadillas, el temor real o el metafísico y religioso, porque sólo está hecho de palabras. Posee, empero, la facultad de inquietar, común a todos. A modo de