Durante las últimas dos décadas, este carismático austriaco forjador del cuerpo, se ha convertido en uno de los mejores hombres de negocios de América, y forma parte de una de las familias más ricas del mundo, siendo el propietario de una gran cantidad de fructíferos negocios y numerosas propiedades.
Schwarzenegger interpretó algunas películas mediocres durante la década de los 70, aunque consiguió llamar la atención precisamente en una de esas películas, especialmente en el documental de George Butler “Pumping Iron” (1977.) Inmediatamente ganó un Globo de Oro a la mejor promesa cinematográfica por su papel en “Stay Hungry” (1976) de Bob Rafelson, dejando bien claro que los miembros del jurado tenían una buena visión comercial.
Su gran triunfo llegó con “Conan el bárbaro” (1982) y “Conan el destructor” (1984), recaudando ambas más de 100 millones de dólares. El extraordinario físico de Schwarzenegger, ampliamente diferente a todo lo conocido hasta entonces en la pantalla, le llevó a interpretar con gran credibilidad el papel de cyborg en “Terminator” (1984), que lo lanzó ya de manera imparable como una estrella del cine mundial. Aunque se trataba de una película modesta, consiguió también afianzar a su director James Cameron y al productor Gale Ana Hurd, poniendo de moda las películas violentas, de acción y aventuras, ambientadas en el futuro y con gran despliegue de efectos secundarios.
Schwarzenegger continuó cosechando éxitos con películas que rozan lo absurdo y en ocasiones el ridículo, especialmente con su gran éxito “Los gemelos golpean dos veces” (1988), una comedia en la cual trabajó con Danny De Vito.
La carrera de Schwarzenegger ha sido cuidadosamente dirigida como un negocio lucrativo y tanto él como su empresa de negocios, han cosechado igualmente éxitos comerciales en otros campos, siendo durante muchos años el organizador de los certámenes de “Mr. Universo" y "Mr. Olympia", los mismos que le catapultaron a la fama.
Con una gran avidez por demostrar su agradecimiento a los Estados Unidos y aprender rápidamente su modo de vivir, se nacionalizó en 1983 y se relacionó pronto con algunas de las mejores familias norteamericanas, especialmente cuando se casó en 1986 con locutora María Shriver, un miembro de la familia Kennedy.
Arnold Schwarzenegger comenzó su trabajo en los años noventa con una estupenda película de ciencia-ficción de gran presupuesto, “Desafío total” (1990) de Paul Verhoeven, que algunos críticos encontraron demasiado violenta, pero que contó con el entusiasmo del público que la convirtió en una de las películas más taquilleras de ese año.
Su buen tino se demostró erróneo cuando interpretó la comedia infantil “Poli de guardería”, en un intento de desmitificar su imagen de hombre violento. Esta película de 1990 consiguió buenas recaudaciones en taquilla, pero fue muy mal aceptada por los aficionados adultos y por los críticos, decepcionados por ver a su fornido héroe víctima de unos pequeñajos. Arnold quería ser amable y pacífico, puesto que según sus detractores a lo largo de sus películas había matado ya a 275 personas, bastantes más que John Wayne durante sus cincuenta años como actor.
Con un presupuesto estimado en 95 millones de dólares, “Terminator II: el juicio final” (1991) de James Cameron, era una continuación del gran éxito anterior que apenas había costado 6.5 millones. Después de unas escenas violentas, el androide Terminator se vuelve un ser relativamente paternalista que no busca herir a las personas y para eso emplea comentarios infantiles, aunque reserva sus armas más letales para un nuevo robot mejorado (Robert Patrick). Según las estimaciones, la película acumuló más de 200 millones de ganancias.
Schwarzenegger interpretó algunas películas mediocres durante la década de los 70, aunque consiguió llamar la atención precisamente en una de esas películas, especialmente en el documental de George Butler “Pumping Iron” (1977.) Inmediatamente ganó un Globo de Oro a la mejor promesa cinematográfica por su papel en “Stay Hungry” (1976) de Bob Rafelson, dejando bien claro que los miembros del jurado tenían una buena visión comercial.
Su gran triunfo llegó con “Conan el bárbaro” (1982) y “Conan el destructor” (1984), recaudando ambas más de 100 millones de dólares. El extraordinario físico de Schwarzenegger, ampliamente diferente a todo lo conocido hasta entonces en la pantalla, le llevó a interpretar con gran credibilidad el papel de cyborg en “Terminator” (1984), que lo lanzó ya de manera imparable como una estrella del cine mundial. Aunque se trataba de una película modesta, consiguió también afianzar a su director James Cameron y al productor Gale Ana Hurd, poniendo de moda las películas violentas, de acción y aventuras, ambientadas en el futuro y con gran despliegue de efectos secundarios.
Schwarzenegger continuó cosechando éxitos con películas que rozan lo absurdo y en ocasiones el ridículo, especialmente con su gran éxito “Los gemelos golpean dos veces” (1988), una comedia en la cual trabajó con Danny De Vito.
La carrera de Schwarzenegger ha sido cuidadosamente dirigida como un negocio lucrativo y tanto él como su empresa de negocios, han cosechado igualmente éxitos comerciales en otros campos, siendo durante muchos años el organizador de los certámenes de “Mr. Universo" y "Mr. Olympia", los mismos que le catapultaron a la fama.
Con una gran avidez por demostrar su agradecimiento a los Estados Unidos y aprender rápidamente su modo de vivir, se nacionalizó en 1983 y se relacionó pronto con algunas de las mejores familias norteamericanas, especialmente cuando se casó en 1986 con locutora María Shriver, un miembro de la familia Kennedy.
Arnold Schwarzenegger comenzó su trabajo en los años noventa con una estupenda película de ciencia-ficción de gran presupuesto, “Desafío total” (1990) de Paul Verhoeven, que algunos críticos encontraron demasiado violenta, pero que contó con el entusiasmo del público que la convirtió en una de las películas más taquilleras de ese año.
Su buen tino se demostró erróneo cuando interpretó la comedia infantil “Poli de guardería”, en un intento de desmitificar su imagen de hombre violento. Esta película de 1990 consiguió buenas recaudaciones en taquilla, pero fue muy mal aceptada por los aficionados adultos y por los críticos, decepcionados por ver a su fornido héroe víctima de unos pequeñajos. Arnold quería ser amable y pacífico, puesto que según sus detractores a lo largo de sus películas había matado ya a 275 personas, bastantes más que John Wayne durante sus cincuenta años como actor.
Con un presupuesto estimado en 95 millones de dólares, “Terminator II: el juicio final” (1991) de James Cameron, era una continuación del gran éxito anterior que apenas había costado 6.5 millones. Después de unas escenas violentas, el androide Terminator se vuelve un ser relativamente paternalista que no busca herir a las personas y para eso emplea comentarios infantiles, aunque reserva sus armas más letales para un nuevo robot mejorado (Robert Patrick). Según las estimaciones, la película acumuló más de 200 millones de ganancias.
