Su primer año fuera de casa estaba siendo casi perfecto, pero el fin de semana en el que se entregó a la pasión lo cambiaría todo.
A sus dieciocho años, Harper había crecido bajo la disciplina de su padre, marine de profesión. Decidida a vivir la vida a su manera y a experimentar cosas de las que solo había oído hablar a los marines de la unidad de su padre, se marchó a estudiar a la Universidad de San Diego.
Gracias a su nueva compañera de habitación, Harper conoció un mundo de fiestas, chicos guapos, familia y emociones. Pero se encontró en una encrucijada al enamorarse con rapidez de su nuevo novio, Brandon, y de Chase, el hermano de su compañera de piso. Pese a su aspecto y a su pasado peligroso, ambos adoraban a Harper y habrían hecho cualquier cosa por ella, incluso dar un paso atrás si así ella era feliz.