La misteriosa e incomprensible desaparición a la salida de la escuela de St. Ives, localidad británica costera en Cornualles, de la pequeña Daphne Cairn -doce años de edad, diez centímetros más alta de lo que su edad requería, piel tan rosada como delicada, cabello rubio que rozaba la línea del albino, ojos tan azules como el cielo del mediodía en las jornadas de estío en la tierra que le había visto nacer y una mente, las más de las veces, enfrascada en sueños y quimeras- provocará zozobra no sólo a su familia sino a toda la población y más cuando la policía se vea incapacitada para ofrecer resultados. El entorno evocador de la costa, bañada por el Mar Céltico, será el escenario de esta intriga en la que un bisoño sargento, de nombre Tom Fry, a la sazón un genuino “Cornish” de pura cepa, policía de vocación y recién incorporado a las tareas detectivescas, tendrá un papel protagonista aunque ayudado por un personaje cercano en su vida y crucial para la investigación como resultará ser su propia tía Louise; quien aportará no sólo su peculiar punto de vista sino los testimonios de una galería de amigos, vecinos y hasta parroquianos con los que se relaciona a diario, cuyas revelaciones serán claves en la resolución del complejo caso, primero de la carrera del jovencísimo agente de la Ley.
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