Franco quiso que el régimen quedara "atado y bien atado" tras su muerte. Pero un año después de su desaparición, el propio régimen desató el nudo sin demasiadas dificultades. La transición a la democracia se produjo mediante la aprobación en las Cortes, el 18 de noviembre de 1976, de la octava Ley fundamental del franquismo, la Ley para la Reforma Política. Los procuradores de las Cortes franquistas votaron a favor de una ley que acababa con el régimen y daba paso a unas elecciones democráticas y un periodo constituyente. En la época, fue corriente hablar del "harakiri" o del "suicidio" del franquismo. ¿Por qué los procuradores aceptaron "suicidarse" políticamente? Esta pregunta no ha recibido una respuesta satisfactoria hasta el momento. En este libro se reconstruye la situación política del año 1976, analizando la correlación de fuerzas entre la oposición y el régimen, así como las reformas llevadas a cabo primero por el Gobierno de Carlos Arias Navarro y luego por el de Adolfo Suárez, y se propone una explicación del comportamiento paradójico de los procuradores.
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