¿Por qué castigamos a los niños con la intención de educarlos? Lo hacemos porque estamos situados en el miedo en lugar de en el amor. En un mundo en el que el amor predominara no existiría el castigo…en ningún ámbito. No haría falta. Es vivir desde el miedo lo que nos impulsa a castigar, cómo único recurso del que disponemos para lograr mantener a las personas de nuestro alrededor bajo control. Sólo viviendo en el miedo tenemos la necesidad de mantenerlo todo bajo nuestro control.
Las pequeñas acciones son las que cambian el mundo. A pesar de los momentos complicados que estamos viviendo, del sistema educativo obsoleto que tenemos, del terror que hay en el mundo, tenemos en nuestras manos la posibilidad de cambiar el mundo. Si cada persona decidiera hacer un cambio personal comprometiéndose con vivir desde el amor en lugar de desde el miedo, todo lo malo que ahora vemos en el mundo desaparecería.
Cuando en una sociedad existe un número suficiente de personas que tienen una idea o habilidad, los demás miembros de la sociedad la incorporan a sus pensamientos de una manera instantánea, contagiosa. Esta idea fue difundida por Deepak Chopra a través de la historia del mono llamado Emo. En su comunidad los monos comían manzanas sucias que recogían del suelo y Emo, un día, lavo la manzana que iba a comer, y desde entonces cada día que recogía una manzana del suelo la lavaba antes de comer. Un segundo mono comenzó a hacer lo mismo, y un tercero, y así sucesivamente. Cuando el mono número 100 comenzó a lavar las manzanas antes de comerlas la información se difundió como la pólvora entre todos los demás monos y desde aquel día todos los monos lavaban sus manzanas antes de comerlas.
Con la educación y nuestra manera de vivir en el mundo puede ocurrir igual: cuando seamos suficientes personas que eduquemos con amor y respeto, ese modo de hacer se transmitirá a todas las personas. Así que tu contribución para cambiar “el mundo” es simplemente cambiar tu forma de educar.
Te animo a que utilices tu poder interior y tu sabiduría para educar a los niños que te rodean con amor (respeto, cariño, amabilidad, positividad…). El amor se multiplica y como en una cadena de favores todos aquellos con quién trates y reciban tu amor se contagiaran y ofrecerán el suyo a otros. Es un cambio que implica romper con muchos pensamientos, si, pero tenemos a los mejores maestros para ayudarnos: Los niños.
Las pequeñas acciones son las que cambian el mundo. A pesar de los momentos complicados que estamos viviendo, del sistema educativo obsoleto que tenemos, del terror que hay en el mundo, tenemos en nuestras manos la posibilidad de cambiar el mundo. Si cada persona decidiera hacer un cambio personal comprometiéndose con vivir desde el amor en lugar de desde el miedo, todo lo malo que ahora vemos en el mundo desaparecería.
Cuando en una sociedad existe un número suficiente de personas que tienen una idea o habilidad, los demás miembros de la sociedad la incorporan a sus pensamientos de una manera instantánea, contagiosa. Esta idea fue difundida por Deepak Chopra a través de la historia del mono llamado Emo. En su comunidad los monos comían manzanas sucias que recogían del suelo y Emo, un día, lavo la manzana que iba a comer, y desde entonces cada día que recogía una manzana del suelo la lavaba antes de comer. Un segundo mono comenzó a hacer lo mismo, y un tercero, y así sucesivamente. Cuando el mono número 100 comenzó a lavar las manzanas antes de comerlas la información se difundió como la pólvora entre todos los demás monos y desde aquel día todos los monos lavaban sus manzanas antes de comerlas.
Con la educación y nuestra manera de vivir en el mundo puede ocurrir igual: cuando seamos suficientes personas que eduquemos con amor y respeto, ese modo de hacer se transmitirá a todas las personas. Así que tu contribución para cambiar “el mundo” es simplemente cambiar tu forma de educar.
Te animo a que utilices tu poder interior y tu sabiduría para educar a los niños que te rodean con amor (respeto, cariño, amabilidad, positividad…). El amor se multiplica y como en una cadena de favores todos aquellos con quién trates y reciban tu amor se contagiaran y ofrecerán el suyo a otros. Es un cambio que implica romper con muchos pensamientos, si, pero tenemos a los mejores maestros para ayudarnos: Los niños.