J.P. Koobs, barón de Latveria, es acusado de irreverencia y blasfemia por haber expelido una ventosidad en medio del monasterio de los padres franciscanos del monasterio de San Serenín de M. y haber quebrado con tan nefando ruido el recogimiento espiritual de los monjes allí congregados. Su obstinación y falta de arrepentimiento lleva a los padres franciscanos a denunciar los hechos ante el Santo Oficio. De este modo, el aristócrata se va a convertir en el protagonista de un proceso donde sólo su afilado intelecto puede arrancarle de las garras de la implacable Inquisición española.
De esta manera tan singular e ingeniosa nos introduce el escritor Karmelo Gañán en los macabros mecanismos de los juicios inquisitoriales. Una historia hilarante, llena de la ironía y del extravagante sentido del humor al que nos tiene acostumbrados este autor, que, sin embargo, nos presenta un retrato bastante fiel de la España tragicómica de hace algunos siglos y, desde la sátira mordaz, nos hace una exhaustiva descripción de lo que eran los Autos de Fe de aquella época.
Una hora de lectura imprescindible.
De esta manera tan singular e ingeniosa nos introduce el escritor Karmelo Gañán en los macabros mecanismos de los juicios inquisitoriales. Una historia hilarante, llena de la ironía y del extravagante sentido del humor al que nos tiene acostumbrados este autor, que, sin embargo, nos presenta un retrato bastante fiel de la España tragicómica de hace algunos siglos y, desde la sátira mordaz, nos hace una exhaustiva descripción de lo que eran los Autos de Fe de aquella época.
Una hora de lectura imprescindible.