Conseguir elevar la autoestima de un niño no es fácil, pero es la mejor forma de hacer que el día de mañana crezca seguro y feliz. Los padres tenemos que tener paciencia y constancia, y sobretodo educar con nuestro ejemplo. Tenemos que confiar en ellos y dejarlos salir de nuestro regazo, dejar que se equivoquen, que se caigan y que se vuelvan a levantar, que jueguen, que se enfaden, que resuelvan sus problemas (entre niños) por ellos mismos. Es un camino largo y difícil (tanto para ellos como para nosotros), pero es mejor aumentar la autoestima de nuestros hijos que protegerles constantemente. A un niño seguro de si mismo no le importa que le menosprecien, sus características son sus grandezas, lo que otros ven como debilidades para ellos son fortalezas. Alimenta su autoestima y no tendrás que ser el pañuelo de lágrimas de tu hijo.
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