Aventuras de una peseta recupera para el lector de nuestro país las crónicas que el genial escritor dedicó a Alemania, Gran Bretaña, Italia y Portugal. En ellas Camba se propone desmenuzar la realidad con precisión de cirujano, haciendo que las cosas, las gentes y los pueblos revelen su lado oculto y con frecuencia más absurdo. Lo mismo dedica su prosa a una salchicha que a la depreciación de la moneda, lo mismo a la flema inglesa que a la «superioridad dramática del té respecto al chocolate», lo mismo a la pintura renacentista que a la «filosofía napolitana del robo al turista» o a un curioso hipopótamo lisboeta.
Si hay un rasgo que distingue a Camba del resto de escritores de su época es la extraña combinación de humanidad e inteligencia Es humano porque compadece a quien observa; es inteligente porque se sabe que en el otro se observa a sí mismo.
Todas las páginas de este libro rezuman un humor y una lógica aplastantes, que sin duda llevarán a algunos lectores a esbozar una sonrisa y a otros —los más incautos— a desternillarse de la pura risa.
Si hay un rasgo que distingue a Camba del resto de escritores de su época es la extraña combinación de humanidad e inteligencia Es humano porque compadece a quien observa; es inteligente porque se sabe que en el otro se observa a sí mismo.
Todas las páginas de este libro rezuman un humor y una lógica aplastantes, que sin duda llevarán a algunos lectores a esbozar una sonrisa y a otros —los más incautos— a desternillarse de la pura risa.