Mario, quien vive en una casa de putas, no hace otra cosa que leer un libro que le faltan páginas. Su alma está condenada y su cuerpo padece el mal de la sensualidad. Esta casona de Mirta está llena de historias que confluyen en los pasillos. Mario y Driana se aman pero no se enteran. Mirta y Fernando (que es homosexual) también se aman pero… a quién se le ocurre. El sentido común, más que las convenciones sociales se interpone a la naturaleza humana. Son cosas que solo pueden ser resueltas gracias a un libro que le faltan páginas.
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