Ganador en tres ocasiones del premio más prestigioso del género, el Gold Dagger, Lionel Davidson está considerado una de las leyendas más grandes del thriller. Esta novela, la última y más aclamada del desaparecido autor británico —que Salamandra publica por primera vez en castellano—, es su obra maestra.
Azotados por vientos implacables y sumidos en noches eternas, los montes de Kolima se encuentran en uno de los parajes más inhóspitos del planeta. En plena tundra siberiana, en la misma estepa helada donde los gulags fueron escenario de la brutal represión soviética, el nuevo tiempo político ha dado paso a otro tipo de horrores: un centro clandestino de investigación que prohíbe la salida a los operarios y donde, bajo extremas medidas de seguridad, las autoridades realizan turbios experimentos en el más absoluto de los secretos.
La trama se desarrolla sin pausa en paralelo a las peripecias del protagonista, que mientras cruza fronteras de forma ilegal, fingiendo acentos extranjeros, debe improvisar vías de escape imposibles, lidiar con toda clase de enemigos y, en definitiva, jugarse el pellejo para acceder a la remota base.
El talento para recrear la geografía de los territorios más extremos de la Rusia oriental y la Columbia Británica, así como el carácter de sus gentes, es tan sólo una faceta de la maestría de Davidson, que Philip Pullman resume así en la introducción: «Como relato puro de aventuras, esta novela tiene muy pocos rivales. Como historia de amor, valentía, peligro y un frío colosal, es una obra maestra. Ahora bien, el breve episodio que tiene lugar en el corazón del misterio, el callado encuentro entre Johnny Porter y la tierna y herida Ludmila, eleva Bajo los montes de Kolima por encima de cualquier otro thriller que yo haya leído. Sin duda, el mejor que se ha escrito hasta hoy.»
Azotados por vientos implacables y sumidos en noches eternas, los montes de Kolima se encuentran en uno de los parajes más inhóspitos del planeta. En plena tundra siberiana, en la misma estepa helada donde los gulags fueron escenario de la brutal represión soviética, el nuevo tiempo político ha dado paso a otro tipo de horrores: un centro clandestino de investigación que prohíbe la salida a los operarios y donde, bajo extremas medidas de seguridad, las autoridades realizan turbios experimentos en el más absoluto de los secretos.
La trama se desarrolla sin pausa en paralelo a las peripecias del protagonista, que mientras cruza fronteras de forma ilegal, fingiendo acentos extranjeros, debe improvisar vías de escape imposibles, lidiar con toda clase de enemigos y, en definitiva, jugarse el pellejo para acceder a la remota base.
El talento para recrear la geografía de los territorios más extremos de la Rusia oriental y la Columbia Británica, así como el carácter de sus gentes, es tan sólo una faceta de la maestría de Davidson, que Philip Pullman resume así en la introducción: «Como relato puro de aventuras, esta novela tiene muy pocos rivales. Como historia de amor, valentía, peligro y un frío colosal, es una obra maestra. Ahora bien, el breve episodio que tiene lugar en el corazón del misterio, el callado encuentro entre Johnny Porter y la tierna y herida Ludmila, eleva Bajo los montes de Kolima por encima de cualquier otro thriller que yo haya leído. Sin duda, el mejor que se ha escrito hasta hoy.»