La visita de Jeffrey Randall –ex jefe de operaciones de la CIA para Oriente Medio– al despacho de los detectives Richard Thompson y Shimon Wheija en Nueva York, provoca que estos investiguen la autoría del atentado terrorista contra el World Trade Center. Durante su investigación, los detectives hallan evidencias de que el ataque japonés a Pearl Harbor se produjo en connivencia –por omisión– con el gobierno de Roosevelt como una operación de “bandera falsa” que sirvió de excusa y motivo para que Estados Unidos se involucrase en la Segunda Guerra Mundial.
Las operaciones de bandera falsa son acciones encubiertas diseñadas y llevadas a cabo por gobiernos, que las hacen aparecer como perpetradas por otros sujetos, para sensibilizar a la opinión pública y al establishment político. En esta novela, se relacionan solo algunas de las operaciones de bandera falsa orquestadas por Estados Unidos a lo largo de la historia, que han sido numerosas y de consecuencias muy graves en víctimas y repercusión política.
El lector se sorprenderá al descubrir, junto a los protagonistas, informes de expertos privados que afirman con todo detalle que el ataque al World Trade Center consistió, en realidad, en una monumental operación de bandera falsa planeada por miembros del gobierno de George W. Bush y su vicepresidente Dick Cheney, y ejecutada con la colaboración del Mossad israelí, la CIA, el FBI y la Agencia Nacional de Seguridad, con el objetivo de inculpar a la organización terrorista Al Qaeda y justificar así la posterior intervención norteamericana en las guerras de Irak y Afganistán.
Las operaciones de bandera falsa son acciones encubiertas diseñadas y llevadas a cabo por gobiernos, que las hacen aparecer como perpetradas por otros sujetos, para sensibilizar a la opinión pública y al establishment político. En esta novela, se relacionan solo algunas de las operaciones de bandera falsa orquestadas por Estados Unidos a lo largo de la historia, que han sido numerosas y de consecuencias muy graves en víctimas y repercusión política.
El lector se sorprenderá al descubrir, junto a los protagonistas, informes de expertos privados que afirman con todo detalle que el ataque al World Trade Center consistió, en realidad, en una monumental operación de bandera falsa planeada por miembros del gobierno de George W. Bush y su vicepresidente Dick Cheney, y ejecutada con la colaboración del Mossad israelí, la CIA, el FBI y la Agencia Nacional de Seguridad, con el objetivo de inculpar a la organización terrorista Al Qaeda y justificar así la posterior intervención norteamericana en las guerras de Irak y Afganistán.