Bernardo Gaviño, puertorrealeño de 1812, año en que también nació La Pepa, esa
que después cantarían ¡Viva la Pepa de Puerto Rea! es, por sí mismo, un compendio de
leyendas e historias minúsculas, muchas de ellas fruto de la novela, que en muchos casos
han sustituido el rigor histórico.
Pero lo que sí es verdad es que nuestro paisano «huyó» a América, pero casi con
seguridad que no de la justicia, pero huyera o se fuera por propia voluntad, la verdad es que
allí estuvo, que introdujo el toreo a pié en aquellas tierras hermanas; nos dice uno de los
más estudiosos (* véase la página 8) de Bernardo Gabiño, el portorrealeño Dr. Ruiz Caballero,
Puerto Real (Cádiz)
Bernardo Gaviño Rueda 2006
6
médico cardiólogo residente en México hace 30 años, que el Dr. Cuesta Baquero se refiere
a nuestro paisano de esta manera «era amigo de ricachones y de pobretes, siendo conocido
en los círculos de prestancia con el mote de «El Curro» Gabiño y en los de mediana e ínfima
categoría con el de Don Bernardo, pero teniendo en todos cariño de respetuosidad.»
El 19 de abril de 1835, Domingo de Resurrección, Bernardo hacía su presentación
en la Plaza de Toros de San Pablo de la capital mexicana, alternando con los hermanos
Ávila: Sóstenes, José María y Luis, sin que -hasta ahora- haya quedado relato alguno de
aquel festejo, pero seguro que debió gustar, ya que quien llegó al país de los aztecas «para
toreasr algunas corridas.»
El domingo 31 de enero de 1886 toreaba en la Plaza de Toros de Texcoco, población
colindante con la ciudad de México, Bernardo Gaviño, José de la Luz Gavidia, El Chato y
Francisco Gómez, El Chiclanero, frecuentemente no citado, con toros de Ayala.
En el segundo toro «por las condiciones que tenía, se revolvió y como el caduco
matador no tenía ya el vigor necesario para afirmarse en las piernas, al hacer un quiebro de
cintura y dar un pase forzado de pecho, fue embrocado por la espalda, suspendido y
engatillado, recibiendo una herida en la proximidad del ano, hacia la derecha, en la región
anatómica que llaman los cirujanos hueco isquio-rectal.
Debido a esta grave cornada, el gran torero de Puerto Real ya no pudo recuperarse
y tras una dolorosa y larga agonía, fallecía....
que después cantarían ¡Viva la Pepa de Puerto Rea! es, por sí mismo, un compendio de
leyendas e historias minúsculas, muchas de ellas fruto de la novela, que en muchos casos
han sustituido el rigor histórico.
Pero lo que sí es verdad es que nuestro paisano «huyó» a América, pero casi con
seguridad que no de la justicia, pero huyera o se fuera por propia voluntad, la verdad es que
allí estuvo, que introdujo el toreo a pié en aquellas tierras hermanas; nos dice uno de los
más estudiosos (* véase la página 8) de Bernardo Gabiño, el portorrealeño Dr. Ruiz Caballero,
Puerto Real (Cádiz)
Bernardo Gaviño Rueda 2006
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médico cardiólogo residente en México hace 30 años, que el Dr. Cuesta Baquero se refiere
a nuestro paisano de esta manera «era amigo de ricachones y de pobretes, siendo conocido
en los círculos de prestancia con el mote de «El Curro» Gabiño y en los de mediana e ínfima
categoría con el de Don Bernardo, pero teniendo en todos cariño de respetuosidad.»
El 19 de abril de 1835, Domingo de Resurrección, Bernardo hacía su presentación
en la Plaza de Toros de San Pablo de la capital mexicana, alternando con los hermanos
Ávila: Sóstenes, José María y Luis, sin que -hasta ahora- haya quedado relato alguno de
aquel festejo, pero seguro que debió gustar, ya que quien llegó al país de los aztecas «para
toreasr algunas corridas.»
El domingo 31 de enero de 1886 toreaba en la Plaza de Toros de Texcoco, población
colindante con la ciudad de México, Bernardo Gaviño, José de la Luz Gavidia, El Chato y
Francisco Gómez, El Chiclanero, frecuentemente no citado, con toros de Ayala.
En el segundo toro «por las condiciones que tenía, se revolvió y como el caduco
matador no tenía ya el vigor necesario para afirmarse en las piernas, al hacer un quiebro de
cintura y dar un pase forzado de pecho, fue embrocado por la espalda, suspendido y
engatillado, recibiendo una herida en la proximidad del ano, hacia la derecha, en la región
anatómica que llaman los cirujanos hueco isquio-rectal.
Debido a esta grave cornada, el gran torero de Puerto Real ya no pudo recuperarse
y tras una dolorosa y larga agonía, fallecía....