Ricardo Lafferriere
Bicentenario, modernidad y posmodernidad
La Argentina en su tercer siglo
Para delinear el horizonte, el autor indaga al pasado y a la marcha del mundo. Todo el futuro está hoy en nuestras manos, afirma, para lo cual, sin embargo, es imprescindible responder a una pregunta central: ¿Qué queremos hacer los argentinos de nuestra patria?
El núcleo del interrogante es cómo sortear el clivaje actual, en el que se superponen las cuestiones pendientes del bicentenario con la desafiante agenda del tercer siglo.
La modernidad y la posmodernidad giran en un remolino indiferenciado en el que la reflexión se hace imprescindible, para interpretar correctamente las falencias históricas que deben saldarse –la principal de ellas, consolidar el sistema democrático- de los riesgos multiplicados del escenario que viene.
La Argentina en su tercer siglo navega en un cambio de paradigma universal. No es posible un viaje exitoso sin una mirada y una reflexión cosmopolitas. La humanidad está acelerando la construcción de la ciudad del futuro, un mundo global, imbricado, caótico, violento, desigual. Y a la vez, con una portentosa potencialidad transformadora
Para enfrentar esos nuevos problemas es imprescindible saldar la vieja agenda, y a la vez sentar las bases de una nueva actitud en la que los conflictos del pasado sean, efectivamente, temas del pasado.
Ello nos permitirá mirar a los horizontes posibles con otra actitud. Entre todos ellos, el autor ofrece uno, al que se arriba al final de la obra, en un ejercicio de realismo, optimismo y vocación nacional. El escenario de una Argentina exitosa en el mundo global.
Bicentenario, modernidad y posmodernidad
La Argentina en su tercer siglo
Para delinear el horizonte, el autor indaga al pasado y a la marcha del mundo. Todo el futuro está hoy en nuestras manos, afirma, para lo cual, sin embargo, es imprescindible responder a una pregunta central: ¿Qué queremos hacer los argentinos de nuestra patria?
El núcleo del interrogante es cómo sortear el clivaje actual, en el que se superponen las cuestiones pendientes del bicentenario con la desafiante agenda del tercer siglo.
La modernidad y la posmodernidad giran en un remolino indiferenciado en el que la reflexión se hace imprescindible, para interpretar correctamente las falencias históricas que deben saldarse –la principal de ellas, consolidar el sistema democrático- de los riesgos multiplicados del escenario que viene.
La Argentina en su tercer siglo navega en un cambio de paradigma universal. No es posible un viaje exitoso sin una mirada y una reflexión cosmopolitas. La humanidad está acelerando la construcción de la ciudad del futuro, un mundo global, imbricado, caótico, violento, desigual. Y a la vez, con una portentosa potencialidad transformadora
Para enfrentar esos nuevos problemas es imprescindible saldar la vieja agenda, y a la vez sentar las bases de una nueva actitud en la que los conflictos del pasado sean, efectivamente, temas del pasado.
Ello nos permitirá mirar a los horizontes posibles con otra actitud. Entre todos ellos, el autor ofrece uno, al que se arriba al final de la obra, en un ejercicio de realismo, optimismo y vocación nacional. El escenario de una Argentina exitosa en el mundo global.