A veces, surcar el espacio sideral puede resultar complejo, las avanzadas tecnologías, realmente abrumadoras, y el futuro plausible de lo más espeluznante.
Por eso, antes de entrar en un transpondedor de materia, de agarrar la pistola láser o incluso de activar el lanzallamas que prenderá los libros, conviene serenarse un instante y lanzar la pregunta al aire: ¿y si el resto de la galaxia es realmente más patética que nosotros? ¿Y si el cosmos de inminentes posibilidades del espacio exterior no es más que un chiste de mal gusto?
Definitivamente, lo mejor es tomarse todo este disparate a broma.
Por eso, antes de entrar en un transpondedor de materia, de agarrar la pistola láser o incluso de activar el lanzallamas que prenderá los libros, conviene serenarse un instante y lanzar la pregunta al aire: ¿y si el resto de la galaxia es realmente más patética que nosotros? ¿Y si el cosmos de inminentes posibilidades del espacio exterior no es más que un chiste de mal gusto?
Definitivamente, lo mejor es tomarse todo este disparate a broma.