El nacimiento de las lenguas, su extensión, el arraigo en un pueblo y su desaparición avanzan junto con los acontecimientos que dan forma a la Historia. Es un ciclo continuo e inmutable. En esos cambios permanentes, el ser humano ha sentido desde siempre la necesidad de ser bilingüe y así, si un viajero desea decir algo en cualquier rincón del planeta, intentará hablar el latín actual, que es el inglés; hace dos mil años ese mismo viajero intentaría expresarse en el inglés de entonces, que era el latín.
Las lenguas son, pues, numerosas y diversas. Las que han influido en la humanidad muchas menos. Y otras, la mayoría, han muerto sin lápida alguna que las recuerde. Para poner luz a lo que fue, a lo que pudo haber sido y a lo que tal vez sea de la humanidad y su capacidad comunicativa, esta "Breve Historia de las lenguas" del mundo reflexiona a través del tiempo y los pueblos, y revela los principios que han inspirado a los hablantes y sus instrumentos de comunicación, y también los procedimientos mediante los cuales unas lenguas han sufrido la crueldad invasora de las vecinas, otras se han dejado morir por el desinterés de sus hablantes, y otras, muy pocas como el sumerio, egipcio, griego, árabe, español, francés e inglés, entre otras, se han alzado soberanas en largos y prósperos periodos a través de los siglos.
Las lenguas son, pues, numerosas y diversas. Las que han influido en la humanidad muchas menos. Y otras, la mayoría, han muerto sin lápida alguna que las recuerde. Para poner luz a lo que fue, a lo que pudo haber sido y a lo que tal vez sea de la humanidad y su capacidad comunicativa, esta "Breve Historia de las lenguas" del mundo reflexiona a través del tiempo y los pueblos, y revela los principios que han inspirado a los hablantes y sus instrumentos de comunicación, y también los procedimientos mediante los cuales unas lenguas han sufrido la crueldad invasora de las vecinas, otras se han dejado morir por el desinterés de sus hablantes, y otras, muy pocas como el sumerio, egipcio, griego, árabe, español, francés e inglés, entre otras, se han alzado soberanas en largos y prósperos periodos a través de los siglos.