Ciertamente es muy difícil llegar a comprender en su totalidad lo que Bruce Lee quería decimos y ni sus mismos alumnos y amigos han sido capaces de indicarnos con exactitud la visión que Bruce tenía sobre el peleador perfecto, llegando a decirse que el Jeet Kune Do murió con él.
Pero los historiadores nunca se han conformado con los legados y conclusiones de aquellas personas que vivieron las épocas narradas, y de la misma manera que la Biblia se puede escribir ahora con mucha más exactitud que antes, el Jeet Kune Do de Bruce Lee puede ser interpretado y analizado minuciosamente hoy con bastante más imparcialidad que durante su corta vida.
Realizar este libro ha supuesto una gran satisfacción para el autor, no solamente por ser admirador de Lee, sino porque practicó también artes marciales durante 20 años. Por eso la parte técnica del libro, en la cual se habla de las extraordinarias conclusiones que aglutinó bajo el nombre de Jeet Kune Do, constituyen desde ahora (al menos así se pretende) el mejor legado póstumo que un artista marcial puede recibir. Para lograr esto la tarea ha sido más fácil de lo que a primera vista pudiera parecer: son tantas las fotografías, las películas y las palabras escritas que Bruce Lee nos dejó, que por el simple hecho de sintetizarlas y darlas forma ya podíamos realizar el libro; como así se hizo.
Por tanto, todo lo que aquí se pone es exclusivamente una síntesis ordenada de cuantos escritos sobre el Jeet Kune Do circulan por el mundo, unidos a su apasionante vida privada y su propia filosofía de vida, en ocasiones desconcertante, y en otras muy concreta y simple. Nunca nos hemos basado en una obra sino en toda su obra, incluidas aquellas frases y explicaciones que daba en sus películas.
Pero los historiadores nunca se han conformado con los legados y conclusiones de aquellas personas que vivieron las épocas narradas, y de la misma manera que la Biblia se puede escribir ahora con mucha más exactitud que antes, el Jeet Kune Do de Bruce Lee puede ser interpretado y analizado minuciosamente hoy con bastante más imparcialidad que durante su corta vida.
Realizar este libro ha supuesto una gran satisfacción para el autor, no solamente por ser admirador de Lee, sino porque practicó también artes marciales durante 20 años. Por eso la parte técnica del libro, en la cual se habla de las extraordinarias conclusiones que aglutinó bajo el nombre de Jeet Kune Do, constituyen desde ahora (al menos así se pretende) el mejor legado póstumo que un artista marcial puede recibir. Para lograr esto la tarea ha sido más fácil de lo que a primera vista pudiera parecer: son tantas las fotografías, las películas y las palabras escritas que Bruce Lee nos dejó, que por el simple hecho de sintetizarlas y darlas forma ya podíamos realizar el libro; como así se hizo.
Por tanto, todo lo que aquí se pone es exclusivamente una síntesis ordenada de cuantos escritos sobre el Jeet Kune Do circulan por el mundo, unidos a su apasionante vida privada y su propia filosofía de vida, en ocasiones desconcertante, y en otras muy concreta y simple. Nunca nos hemos basado en una obra sino en toda su obra, incluidas aquellas frases y explicaciones que daba en sus películas.