Publicado por primera vez en 1964, este polémico ensayo acerca de las
clases sociales porteñas fue un éxito de ventas. En 2003, Sebreli le
añade un prólogo y un ensayo nuevo, «Buenos Aires, ciudad en crisis».
Sebreli, sin participar de la jerga de una escuela o grupo, sin
renunciar a la buena escritura y al estilo, inauguraba con la primera
edición una manera de hacer sociología en la Argentina. Casi cuarenta
años después, encuentra la manera de establecer un puente entre
dos realidades contrastadas por el paso del tiempo. No la ciudad -cuya
identidad, pese a todo, permanece- sino los conocimientos que la definen
y, negándola en apariencia, la caracterizan. A Sebreli le basta un
prólogo para poner en perspectiva adecuada un pasado en el que, con toda
la pugnacidad del presente, las ideas del marxismo, de la
fenomenológica, del existencialismo, trataban de imponerse a los hechos;
le basta su poder de análisis e interpretación para incorporar en el
nuevo ensayo, «Buenos Aires, ciudad en crisis», la gravitación de nuevas
instancias, nuevas ideas, nuevas situaciones, nuevos valores. O no tan
nuevos.
Sebreli ve -claramente, como casi nadie ve- en el presente los rastros
del pasado y en este la irrevocable aventura disuadida. No profetiza, no
sermonea, no dictamina. Argumenta, con la sabiduría y la sobriedad de un
hombre de letras, de un hombre de pensamiento. Como en todos sus libros
anteriores, Sebreli es capaz de leer en el palimpsesto social y cultural
los signos inequívocos de la ciudad, de las ciudades: la Buenos aires
mítica, legendaria, la pobre Buenos Aires en pos de un cambio que le
devuelva su prestancia civil y urbana, su orgullosa estampa prestada de
ciudad europea en medio de un destino o una tragedia propia, digna de
América latina.