Cada quien morirá por su lado es una historia militar de la Decena Trágica porque describe con minucia, por un lado, las acciones armadas que en esos días terribles asolaron la ciudad de México y, por el otro, investiga y pone en evidencia las relaciones y tensiones interiores en el Ejército Federal, pilar del régimen porfiriano que Madero heredó y cuyas jerarquías dejó intactas, ese ejército que cobró su vida y terminó destruido por las armas de la revolución año y medio después. Adolfo Gilly presenta en este libro una investigación razonada y un relato apasionante de esos días de febrero de 1913. Se suceden en esta narración las erráticas iniciativas y decisiones de Madero y la ingenuidad de sus propósitos, las intervenciones mediadoras de varios ministros extranjeros, las presiones para lograr la renuncia del presidente, la resistencia de Madero hasta el último día, la perfidia de unos, la lealtad de otros, la sangrienta comedia de las acciones militares de ambos bandos y la eficacia de los intrigantes. Desfilan por estas páginas el ilusionado general Bernardo Reyes, el patético Félix Díaz, las insidias y las perfidias civiles y militares, el imperial embajador Wilson y sus cómplices, los claros embajadores de Cuba y de Chile, Victoriano Huerta, paciente y despiadado, el tortuoso y refinado Francisco León de la Barra, el lúcido Felipe Ángeles, último general leal al presidente, y la tragedia de una hermosa ciudad atrapada durante diez días en insensatas acciones militares. Desde el detalle de la anécdota hasta la visión panorámica de la historia precedente y posterior; desde la psicología, la formación, las oscuras complicidades y las difíciles lealtades de cada uno de los personajes, hasta las grandes fuerzas sociales en operación por debajo y más allá de las acciones individuales, Cada quien morirá por su lado recupera, describe y nos trae el hálito trágico de esos diez días que, un siglo atrás, dejaron su huella indeleble en toda nuestra historia sucesiva.
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