Cuando llegaron los españoles, el México antiguo tenía un largo historial de guerras, conquistas, resistencias y sumisiones. Al frente de todo ello había una compleja red de señores de distintos niveles quienes, debido a las alianzas matrimoniales, acababan formando una gran familia. Sus amistades y sus disputas formaron también parte del proceso de conquista es precisamente éste el punto de partida de esta obra.
Las costumbres ancestrales y los comportamientos en la guerra que condujo a la caída del Imperio Azteca determinaron el papel que los señores indígenas tuvieron en la Nueva España. Algunos perdieron la vida y otros triunfaron, si por éxito entendemos el que sus linajes siguieran gobernando en los mismos lugares durante siglos.
Se repasa aquí el poder político de estos señores a lo largo del mundo colonial, estudiando los cargos tradicionales, como el de tlahtoani y los nuevos, como el de gobernador. Se analiza las relaciones matrimoniales y la extensión de los dominios que éstas fomentaron. Se presta atención a las posesiones y las actividades económicas de los señores, que a veces conducen a encontrar notables riquezas. Sin olvidar las relaciones con los españoles, con la Iglesia y con el Virreinato, pero también con particulares a través la existencia de negocios conjuntos y de la constitución de familias mixtas, que no eran españolas, indígenas, ni mestizas, sino lo que les conviniera en cada momento.
Además, alguna atención se presta a los señores indígenas novohispanos que visitaron España. Todo ello presenta un mundo colonial en el que los señores indígenas tuvieron un papel importante, sobre todo en el nivel local y colaboraron y participaron en la creación y mantenimiento del mundo colonial. Mundo en el que muchos de ellos habían nacido y en el que se desarrollaron. Una vez más, los indígenas protagonistas de su historia.
Las costumbres ancestrales y los comportamientos en la guerra que condujo a la caída del Imperio Azteca determinaron el papel que los señores indígenas tuvieron en la Nueva España. Algunos perdieron la vida y otros triunfaron, si por éxito entendemos el que sus linajes siguieran gobernando en los mismos lugares durante siglos.
Se repasa aquí el poder político de estos señores a lo largo del mundo colonial, estudiando los cargos tradicionales, como el de tlahtoani y los nuevos, como el de gobernador. Se analiza las relaciones matrimoniales y la extensión de los dominios que éstas fomentaron. Se presta atención a las posesiones y las actividades económicas de los señores, que a veces conducen a encontrar notables riquezas. Sin olvidar las relaciones con los españoles, con la Iglesia y con el Virreinato, pero también con particulares a través la existencia de negocios conjuntos y de la constitución de familias mixtas, que no eran españolas, indígenas, ni mestizas, sino lo que les conviniera en cada momento.
Además, alguna atención se presta a los señores indígenas novohispanos que visitaron España. Todo ello presenta un mundo colonial en el que los señores indígenas tuvieron un papel importante, sobre todo en el nivel local y colaboraron y participaron en la creación y mantenimiento del mundo colonial. Mundo en el que muchos de ellos habían nacido y en el que se desarrollaron. Una vez más, los indígenas protagonistas de su historia.