“Bizarro.” “Interesante.” “Tránsito gigantesco” Esas fueron las reacciones de los voluntarios del proyecto Planet Hunters cuando vieron por primera vez el gráfico de la curva de brillo de la estrella KIC 8462852 y de lo que de otra forma fuera aparentemente una estrella como nuestro Sol.
De las más de 150,000 estrellas bajo la constante observación durante los cuatro años de la misión primaria Kepler de la NASA (2009-2013), esta estrella en particular se distingue del resto de sus pares por las atenuaciones de su brillo. Aunque casi todas ellas se atribuyen a causas naturales, algunas sugieren que debemos considerar otras posibilidades.
Esta estrella de magnitud +11.7 en Cygnus, más caliente y una mitad tan grande como el Sol, muestra bajas del brillo por todo el gráfico. Cerca del Día 800 de la corrida de datos del Kepler, disminuyó un 15% y retomó un brillo constante hasta los Días 1510-1570, cuando le sobrevino una serie completa de bajas, incluyendo una muy notable del 22%. ¡Esto es enorme! Para comprenderlo, hay que considerar que una exo-Tierra tan solo bloquea una fracción del porcentaje del brillo de una estrella, inclusive un mundo del tamaño de Júpiter, la media de los exoplanetas encontrados, tan solo tiene una baja de aproximadamente el 1%.
Sea lo que sea que esté provocando estas enormes variaciones, no es un planeta. Con gran esmero, los investigadores descartaron muchas posibilidades: errores en los instrumentos, manchas estelares (como nuestras manchas solares pero en otras estrellas), aros de polvo como los que se han detectado alrededor de estrellas jóvenes en evolución.
Surge obligadamente la pregunta:
¿Que hay en KIC 8462852 que provoca este ocultamiento?
Y eso es lo que trata de contestar este libro con las últimas investigaciones al respecto realizadas por la comunidad científica. ¿Deseaban detectar vida inteligente? Conteste usted mismo con la lectura de esta crónica veraz.
De las más de 150,000 estrellas bajo la constante observación durante los cuatro años de la misión primaria Kepler de la NASA (2009-2013), esta estrella en particular se distingue del resto de sus pares por las atenuaciones de su brillo. Aunque casi todas ellas se atribuyen a causas naturales, algunas sugieren que debemos considerar otras posibilidades.
Esta estrella de magnitud +11.7 en Cygnus, más caliente y una mitad tan grande como el Sol, muestra bajas del brillo por todo el gráfico. Cerca del Día 800 de la corrida de datos del Kepler, disminuyó un 15% y retomó un brillo constante hasta los Días 1510-1570, cuando le sobrevino una serie completa de bajas, incluyendo una muy notable del 22%. ¡Esto es enorme! Para comprenderlo, hay que considerar que una exo-Tierra tan solo bloquea una fracción del porcentaje del brillo de una estrella, inclusive un mundo del tamaño de Júpiter, la media de los exoplanetas encontrados, tan solo tiene una baja de aproximadamente el 1%.
Sea lo que sea que esté provocando estas enormes variaciones, no es un planeta. Con gran esmero, los investigadores descartaron muchas posibilidades: errores en los instrumentos, manchas estelares (como nuestras manchas solares pero en otras estrellas), aros de polvo como los que se han detectado alrededor de estrellas jóvenes en evolución.
Surge obligadamente la pregunta:
¿Que hay en KIC 8462852 que provoca este ocultamiento?
Y eso es lo que trata de contestar este libro con las últimas investigaciones al respecto realizadas por la comunidad científica. ¿Deseaban detectar vida inteligente? Conteste usted mismo con la lectura de esta crónica veraz.