Libro del escritor Stefan Zweig, publicado en 1936, en el que se relata el enfrentamiento de Sebastian Castellio, un humanista defensor de la libertad, contra Juan Calvino, símbolo del fanatismo. Es subtitulado en algunas ediciones como En torno a la hoguera de Servet o Conciencia contra violencia.
Tres son los personajes fundamentales de este libro. El primero es Juan Calvino. Zweig empieza relatando su vida, su acceso al poder en Ginebra, motivado por el hecho de haber escrito su famoso libro de la Institución Religiosa, un libro con el que culmina y cierra la reforma protestante iniciada años antes por Lutero. Nos refiere su primera caída, cuando los ginebrinos vislumbraron su intolerancia, y decidieron quitarle los poderes que le habían otorgado. Posteriormente, cuenta los motivos que le llevaron de nuevo al poder en esa misma ciudad; un poder y una posición de la que ya nunca se apartaría, a la que se aferraría con una violencia y con una mezquindad sólo comparable a la dureza de sus disposiciones y sus normas. Así, Stefan Zweig, con su estilo vivo, y de una manera detallada y precisa, describe la terrible tiranía que Calvino impuso en Ginebra. En las palabras del escritor se deja sentir un trasfondo de dolor e indignación.
Después presenta la figura de Sebastian Castellio, hablando de él, de su educación y de su llegada a Ginebra. De su primer, y leve, enfrentamiento con Calvino, que le valió el destierro, el alejamiento para siempre de la ciudad que Calvino había convertido en su propio y oscuro reino.
Tres son los personajes fundamentales de este libro. El primero es Juan Calvino. Zweig empieza relatando su vida, su acceso al poder en Ginebra, motivado por el hecho de haber escrito su famoso libro de la Institución Religiosa, un libro con el que culmina y cierra la reforma protestante iniciada años antes por Lutero. Nos refiere su primera caída, cuando los ginebrinos vislumbraron su intolerancia, y decidieron quitarle los poderes que le habían otorgado. Posteriormente, cuenta los motivos que le llevaron de nuevo al poder en esa misma ciudad; un poder y una posición de la que ya nunca se apartaría, a la que se aferraría con una violencia y con una mezquindad sólo comparable a la dureza de sus disposiciones y sus normas. Así, Stefan Zweig, con su estilo vivo, y de una manera detallada y precisa, describe la terrible tiranía que Calvino impuso en Ginebra. En las palabras del escritor se deja sentir un trasfondo de dolor e indignación.
Después presenta la figura de Sebastian Castellio, hablando de él, de su educación y de su llegada a Ginebra. De su primer, y leve, enfrentamiento con Calvino, que le valió el destierro, el alejamiento para siempre de la ciudad que Calvino había convertido en su propio y oscuro reino.