Seguro que han escuchado sobre asesinatos por encargo. Lo de pistolas del alquiler es algo muy normal hoy en día, aunque la costumbre es más antigua que la CIA. Quien tiene alguna razón para matar, se halla lejos y con una buena coartada; y el que asesina no tiene la menor relación con la víctima. Todo eso está muy bien, y seguro que funciona. Pero… ¿y si le sumamos un chivo expiatorio?
Alguien debe pagar por el crimen, por lo que hay que buscar a esa persona. La policía, con él en las manos, ya no investigará más, y cerrará el caso. Por supuesto que es mucho más ingenioso que la pistola de alquiler o matón a sueldo.
De eso se trata esta novela: de un chivo expiatorio.
Alguien debe pagar por el crimen, por lo que hay que buscar a esa persona. La policía, con él en las manos, ya no investigará más, y cerrará el caso. Por supuesto que es mucho más ingenioso que la pistola de alquiler o matón a sueldo.
De eso se trata esta novela: de un chivo expiatorio.