A finales del siglo X gobernaba en la Córdoba de los omeyas un hombre tan despiadado como inteligente llamado Muhammad ibn Abd-Allah ibn Abi Amir Al-Mansur, «El Victorioso», y al que la historia conoció más tarde como Almanzor.
Entre 992 y 994, durante una de las innumerables refriegas que tenían lugar en la frontera entre los cristianos y los musulmanes, las tropas leales a Al-Mansur apresaron en el bastión de Uncastillo (pequeña localidad de la actual provincia de Zaragoza) a cincuenta nobles caballeros del reino de Pamplona. Aquellos hombres fueron llevados a Córdoba y allí permanecieron cautivos como rehenes algunos años.
Esta novela está inspirada en aquellos hechos.
Doña Elvira y Don Lorién, hijos menores del señor de Uncastillo, viven ajenos a las incursiones sarracenas de Al-Mansur en Navarra, hasta que la realidad de la guerra golpea su puerta. A partir de entonces quedan atrás sus días de juegos y risas y da comienzo su propia guerra para encontrar su lugar en un mundo que parece agonizar. El valor, el honor, la lealtad y el amor harán aparición en sus vidas, cambiándolas para siempre.
Entre 992 y 994, durante una de las innumerables refriegas que tenían lugar en la frontera entre los cristianos y los musulmanes, las tropas leales a Al-Mansur apresaron en el bastión de Uncastillo (pequeña localidad de la actual provincia de Zaragoza) a cincuenta nobles caballeros del reino de Pamplona. Aquellos hombres fueron llevados a Córdoba y allí permanecieron cautivos como rehenes algunos años.
Esta novela está inspirada en aquellos hechos.
Doña Elvira y Don Lorién, hijos menores del señor de Uncastillo, viven ajenos a las incursiones sarracenas de Al-Mansur en Navarra, hasta que la realidad de la guerra golpea su puerta. A partir de entonces quedan atrás sus días de juegos y risas y da comienzo su propia guerra para encontrar su lugar en un mundo que parece agonizar. El valor, el honor, la lealtad y el amor harán aparición en sus vidas, cambiándolas para siempre.