El Infierno es Legión. Encontramos tantos como personas han existido y existirán. Para algunos es un concepto metafísico, materia de teología y filosofía; para otros, una realidad cotidiana, un día a día que se hace eternidad. Amenaza de ultratumba o folclore de otros tiempos, su capacidad de sugestión es incuestionable. Para aquellos que cultivamos la ficción de lo macabro es, además, un terreno inigualable por su riqueza estética, simbólica y emocional. Es decir, una tentación demasiado grande para que los huesos de este saco no cayéramos en ella.
El resultado de nuestro traspiés al abismo es este: Círculos infernales, una antología que recoge trece visiones de este espacio concreto y polifacético en las que hemos intentado alejarnos de la mera metáfora para adentrarnos en las entrañas de submundos palpables, sin despojarlos por ello, eso sí, de su carácter alegórico o de las lecturas subyacentes. Es un viaje al averno de la mano de trece virgilios dispares: doce autores de la casa y un clásico. Cada uno de ellos nos ha planteado un infierno distinto, a veces de inspiración tradicional, en ocasiones entretejido con referencias contemporáneas, a ritmo de la espada y brujería más siniestra o moldeado con la densidad del terror psicológico y el horror existencial. En todos los casos, mundos inquietantes y fascinantes en lo que da miedo adentrarse por mucho que nos atraigan como la llama a la polilla.
Si a pesar de las advertencias sois de aquellos que quieren jugar con este fuego, no lo dudéis: adentraros en sus profundidades. Eso sí, sin olvidar la máxima grabada en los dinteles del infierno: Dejad atrás toda esperanza, vosotros que entráis...
Incluye los relatos siguientes:
La Nochebuena en el Infierno (Por Emilia Pardo Bazán)
Cancervecero (Por Andrés Abel)
Esta noche, te abriré las venas de mi infierno (Por Soizik Stiwell)
En una hondonada inmediata (Por Francisco Jota-Pérez)
En carne y hueso (Por Javier Fernández Bilbao)
Al infierno un poco (Por Miguel Martín Cruz y Gema del Prado Marugán)
Condenado (Por Jacobo Feijóo)
Un día de verano (Por Enrique Luque de Gregorio)
El descenso de Aquel que Busca el Descanso (Por Francesc Barrio)
El juego de la oca degollada (Por Pedro Moscatel)
Haberlas haylas(Por Víctor Núñez)
La balada de Uro, señor de Los Fríos(Por Pablo Loperena)
Anillos de humo(Por José Manuel Fernández Aguilera)
El resultado de nuestro traspiés al abismo es este: Círculos infernales, una antología que recoge trece visiones de este espacio concreto y polifacético en las que hemos intentado alejarnos de la mera metáfora para adentrarnos en las entrañas de submundos palpables, sin despojarlos por ello, eso sí, de su carácter alegórico o de las lecturas subyacentes. Es un viaje al averno de la mano de trece virgilios dispares: doce autores de la casa y un clásico. Cada uno de ellos nos ha planteado un infierno distinto, a veces de inspiración tradicional, en ocasiones entretejido con referencias contemporáneas, a ritmo de la espada y brujería más siniestra o moldeado con la densidad del terror psicológico y el horror existencial. En todos los casos, mundos inquietantes y fascinantes en lo que da miedo adentrarse por mucho que nos atraigan como la llama a la polilla.
Si a pesar de las advertencias sois de aquellos que quieren jugar con este fuego, no lo dudéis: adentraros en sus profundidades. Eso sí, sin olvidar la máxima grabada en los dinteles del infierno: Dejad atrás toda esperanza, vosotros que entráis...
Incluye los relatos siguientes:
La Nochebuena en el Infierno (Por Emilia Pardo Bazán)
Cancervecero (Por Andrés Abel)
Esta noche, te abriré las venas de mi infierno (Por Soizik Stiwell)
En una hondonada inmediata (Por Francisco Jota-Pérez)
En carne y hueso (Por Javier Fernández Bilbao)
Al infierno un poco (Por Miguel Martín Cruz y Gema del Prado Marugán)
Condenado (Por Jacobo Feijóo)
Un día de verano (Por Enrique Luque de Gregorio)
El descenso de Aquel que Busca el Descanso (Por Francesc Barrio)
El juego de la oca degollada (Por Pedro Moscatel)
Haberlas haylas(Por Víctor Núñez)
La balada de Uro, señor de Los Fríos(Por Pablo Loperena)
Anillos de humo(Por José Manuel Fernández Aguilera)