Prologo
11: 45 p.m. Suena el celular y escucho la voz, siempre apurada, de Ale. “¡Hola amigo! ¿Estas durmiendo? Perdona que te llame a esta hora, pero necesito pedirte algo… Quiero que escribas el prólogo de mi libro”...
Han transcurrido dos semanas desde la noche en la que Alexander Hernández, actor, dramaturgo y responsable del revival de la carrera de la legendaria actriz española Chelo Rodríguez con el unipersonal Que viva la menopausia (2008), me despertó para hacerme esta petición tan especial.
Evidentemente, le dije que sí. Encendí la luz y comencé a escuchar la historia que -atropellado por la hora y la emoción- Ale empezó a contarme. Me dijo que su papá, recientemente fallecido, le había recomendado no parar sino hasta conseguir sus sueños, así que reunió cuanto tenía en el banco y decidió invertir, en su futuro: llevar a la imprenta su primer libro.
Siempre he creído en el talento e ingenio de Alexander. No lo he puesto en duda ni un segundo, desde que lo conocí en casa de nuestro mejor amigo, el fotógrafo Guillermo Felizola. He reído a carcajadas oyendo las historias de sus recuerdos en las fincas de Valle la Pascua. Estuve cuando partió a… y también cuando volvió de cursar estudios de dramaturgia en San Francisco. Y aunque lo conozco bien, confieso que, no pude evitar sorprenderme cuando me confió que había escrito un libro de cocina.
Recientemente, Alexander, se ha estado preparando para ser chef y de seguro en alguna clase, mientras picaba un ají dulce y disfrutaba de su aroma, pensó en cocinarnos un menú literario. Un festín de historias que lleva como ingrediente principal lo mejor de Venezuela: su comida y sus mujeres.
Para la preparación de su potaje Ale, empleó la historia de 17 reinas de belleza. Ganadoras y finalistas del certamen Miss Venezuela. Hurgó delicadamente en la herencia culinaria de cada una de ellas, hasta obtener secretos jamás antes revelados. Como aquel de la famosa receta de las hallacas de Pilín León, Miss Mundo 1981. O la historia completa, y sin ediciones, de en dónde se cosechaban los cocos con los que la abuela de Cynthia Cristina Lander Zamora (Miss Venezuela, 2001), preparaba sus conservas. Con paciencia, él obtuvo esas confesiones y las condimentó con más anécdotas, y una pizca de chisme y de su ingenio. ¿El resultado? Un platillo exquisito que estoy seguro, disfrutarán en cada página porque les hará emocionarse hasta volver al recuerdo de su plato favorito. ¡Que lo disfruten!
Daniel Uzcátegui
11: 45 p.m. Suena el celular y escucho la voz, siempre apurada, de Ale. “¡Hola amigo! ¿Estas durmiendo? Perdona que te llame a esta hora, pero necesito pedirte algo… Quiero que escribas el prólogo de mi libro”...
Han transcurrido dos semanas desde la noche en la que Alexander Hernández, actor, dramaturgo y responsable del revival de la carrera de la legendaria actriz española Chelo Rodríguez con el unipersonal Que viva la menopausia (2008), me despertó para hacerme esta petición tan especial.
Evidentemente, le dije que sí. Encendí la luz y comencé a escuchar la historia que -atropellado por la hora y la emoción- Ale empezó a contarme. Me dijo que su papá, recientemente fallecido, le había recomendado no parar sino hasta conseguir sus sueños, así que reunió cuanto tenía en el banco y decidió invertir, en su futuro: llevar a la imprenta su primer libro.
Siempre he creído en el talento e ingenio de Alexander. No lo he puesto en duda ni un segundo, desde que lo conocí en casa de nuestro mejor amigo, el fotógrafo Guillermo Felizola. He reído a carcajadas oyendo las historias de sus recuerdos en las fincas de Valle la Pascua. Estuve cuando partió a… y también cuando volvió de cursar estudios de dramaturgia en San Francisco. Y aunque lo conozco bien, confieso que, no pude evitar sorprenderme cuando me confió que había escrito un libro de cocina.
Recientemente, Alexander, se ha estado preparando para ser chef y de seguro en alguna clase, mientras picaba un ají dulce y disfrutaba de su aroma, pensó en cocinarnos un menú literario. Un festín de historias que lleva como ingrediente principal lo mejor de Venezuela: su comida y sus mujeres.
Para la preparación de su potaje Ale, empleó la historia de 17 reinas de belleza. Ganadoras y finalistas del certamen Miss Venezuela. Hurgó delicadamente en la herencia culinaria de cada una de ellas, hasta obtener secretos jamás antes revelados. Como aquel de la famosa receta de las hallacas de Pilín León, Miss Mundo 1981. O la historia completa, y sin ediciones, de en dónde se cosechaban los cocos con los que la abuela de Cynthia Cristina Lander Zamora (Miss Venezuela, 2001), preparaba sus conservas. Con paciencia, él obtuvo esas confesiones y las condimentó con más anécdotas, y una pizca de chisme y de su ingenio. ¿El resultado? Un platillo exquisito que estoy seguro, disfrutarán en cada página porque les hará emocionarse hasta volver al recuerdo de su plato favorito. ¡Que lo disfruten!
Daniel Uzcátegui
