Este libro ayuda a los católicos preocupados por la actual crisis de la Iglesia a comprender sus causas principales y a buscar caminos de solución.
A juicio de grandes pensadores, la actual crisis eclesial es, en sus raíces más profundas, una crisis de fe en el catolicismo como única religión verdadera, revelada por Dios. Me adhiero a esa tesis. Las presentes reflexiones sobre la Iglesia y su situación actual vuelven una y otra vez sobre esa idea central.
Dar testimonio de la verdad suele ser muy costoso. A Nuestro Señor Jesucristo, en última instancia, le costó la Cruz; y a los cristianos, a lo largo de la historia, les ha costado muchas persecuciones y sufrimientos. “En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios” (Juan 3,19-21).
Que el Señor conceda a todos los lectores de este libro amar la luz y obrar siempre conforme a la verdad, escuchando la voz de Aquel que es la Verdad en persona, y permaneciendo unidos a Él en Su Iglesia, “columna y fundamento de la verdad”.
A juicio de grandes pensadores, la actual crisis eclesial es, en sus raíces más profundas, una crisis de fe en el catolicismo como única religión verdadera, revelada por Dios. Me adhiero a esa tesis. Las presentes reflexiones sobre la Iglesia y su situación actual vuelven una y otra vez sobre esa idea central.
Dar testimonio de la verdad suele ser muy costoso. A Nuestro Señor Jesucristo, en última instancia, le costó la Cruz; y a los cristianos, a lo largo de la historia, les ha costado muchas persecuciones y sufrimientos. “En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios” (Juan 3,19-21).
Que el Señor conceda a todos los lectores de este libro amar la luz y obrar siempre conforme a la verdad, escuchando la voz de Aquel que es la Verdad en persona, y permaneciendo unidos a Él en Su Iglesia, “columna y fundamento de la verdad”.