Año 387 después de Cristo: un joven hispano, Aquilio,
llega a Constantinopla para unirse al comitatus, el ejército
del emperador Teodosio, enfrentado a las invasiones
bárbaras y a las usurpaciones de los comandantes romanos
que aprovechan el caos del Imperio para reclamar la púrpura
imperial, en un caos convulso de corrupción y desesperanza.
Integrado en la élite de los últimos soldados de Roma,
Aquilio luchará contra bárbaros y romanos, resistiéndose
a la traición dentro y fuera del campo de batalla,
afrontando el peligro tanto en los campos helados del Danubio
como en los suelos de mármol de Rávena.
Años después, Aquilio será destinado a Hispania,
donde la anarquía romana facilita a los guerreros vándalos,
suevos y alanos el paso por los Pirineos. La guerra entre
Roma y los invasores ha llegado a la Península
llega a Constantinopla para unirse al comitatus, el ejército
del emperador Teodosio, enfrentado a las invasiones
bárbaras y a las usurpaciones de los comandantes romanos
que aprovechan el caos del Imperio para reclamar la púrpura
imperial, en un caos convulso de corrupción y desesperanza.
Integrado en la élite de los últimos soldados de Roma,
Aquilio luchará contra bárbaros y romanos, resistiéndose
a la traición dentro y fuera del campo de batalla,
afrontando el peligro tanto en los campos helados del Danubio
como en los suelos de mármol de Rávena.
Años después, Aquilio será destinado a Hispania,
donde la anarquía romana facilita a los guerreros vándalos,
suevos y alanos el paso por los Pirineos. La guerra entre
Roma y los invasores ha llegado a la Península