Juan Duarte es tan millonario como padre soltero. Las habitaciones de su finca guardan un silencio que sólo su hijo rompe con sus pequeños pasitos.
Mientras tanto a Mar, periodista empedernida, le asignan una entrevista con el Señor Duarte para hablar sobre su éxito en la vida. Al acabar la entrevista Mar encontró sentimientos encontrados en su corazón; admiración y dolor. Duarte había perdido a su pareja, hacía años, en un accidente de coche. No dio más detalles.
Como buena periodista, ya en su casa, una búsqueda documental en internet le confirmó la historia. Un puente roto, un coche hundido en el agua, y un hombre que sólo podía sacar a una persona a la superficie a tiempo; su hijo o su mujer.
A la mañana siguiente, pero, Mar recibió una carta y un ramo de flores. No había terminado de leer el mensaje en el sobre rosa, pero las lágrimas de emoción ya resbalaban por sus mejillas. Quizás al final si pudiese tener a su príncipe azul.
Mientras tanto a Mar, periodista empedernida, le asignan una entrevista con el Señor Duarte para hablar sobre su éxito en la vida. Al acabar la entrevista Mar encontró sentimientos encontrados en su corazón; admiración y dolor. Duarte había perdido a su pareja, hacía años, en un accidente de coche. No dio más detalles.
Como buena periodista, ya en su casa, una búsqueda documental en internet le confirmó la historia. Un puente roto, un coche hundido en el agua, y un hombre que sólo podía sacar a una persona a la superficie a tiempo; su hijo o su mujer.
A la mañana siguiente, pero, Mar recibió una carta y un ramo de flores. No había terminado de leer el mensaje en el sobre rosa, pero las lágrimas de emoción ya resbalaban por sus mejillas. Quizás al final si pudiese tener a su príncipe azul.