El título de este libro “Cómo encontrar a Dios”, se debe a la gran preocupación de san Agustín por buscar siempre más a Dios, la felicidad. La búsqueda de Dios es esencial en la experiencia y en el pensamiento de san Agustín. Él fue el hombre dominado por la sed insaciable de Dios, y esta sed es el hilo conductor de su vida y de sus escritos.
San Agustín, aun después de su conversión, continúa buscando cada vez más a Dios, como él mismo dice: “Busquemos a Dios, con el deseo de encontrarlo y lo encontremos con el deseo de buscarlo aún más” (Tratado sobre la Trinidad, 9, 1, 1). “Dios es el gran desconocido y no se le encuentra mas que buscándole. Él mismo satisface al que le busca saciando su capacidad y aumentando la capacidad del que le encuentra para que tenga que seguir buscándole” (Tratados sobre el evangelio de san Juan, 63, 1).
San Agustín, aun después de su conversión, continúa buscando cada vez más a Dios, como él mismo dice: “Busquemos a Dios, con el deseo de encontrarlo y lo encontremos con el deseo de buscarlo aún más” (Tratado sobre la Trinidad, 9, 1, 1). “Dios es el gran desconocido y no se le encuentra mas que buscándole. Él mismo satisface al que le busca saciando su capacidad y aumentando la capacidad del que le encuentra para que tenga que seguir buscándole” (Tratados sobre el evangelio de san Juan, 63, 1).