Los trastornos en el aprendizaje (TA) constituyen uno de los motivos más frecuentes de consulta en los servicios especializados en neurología infantil, además de ser un verdadero desafío para el médico tratante porque la displicencia con que suelen enfocarse estos pacientes a menudo lleva al fracaso escolar con la consecuente marginación y potencial discriminación laboral futura. Su impacto como cuadro de implicancias sociales, familiares, psicológicas y biológicas no pueden ser ignoradas por la sociedad misma ni por el profesional para un acercamiento coherente e integral hacia el niño, cuya condición ambigua y compleja de sujeto-alumno-paciente suele tornar de difícil encuadre a los transtornos de aprendizaje.
Debe apuntarse que la pretensión de abarcar extensamente todos los aspectos que se imbrican en los TA excede este texto, pero no por ello se dejará de enfatizar en el estudio integral del problema.
Coexistiendo con un cuadro de aparente fácil resolución puede encontrarse un profundo desajuste familiar, un déficit intelectual con bajas posibilidades de mejoría clínica o académica o una descompensación psicológica del sujeto con una difícil inserción social.
Debe apuntarse que la pretensión de abarcar extensamente todos los aspectos que se imbrican en los TA excede este texto, pero no por ello se dejará de enfatizar en el estudio integral del problema.
Coexistiendo con un cuadro de aparente fácil resolución puede encontrarse un profundo desajuste familiar, un déficit intelectual con bajas posibilidades de mejoría clínica o académica o una descompensación psicológica del sujeto con una difícil inserción social.