Este libro es una aproximación a los sometimientos que debemos experimentar nosotros, los que hemos sido criados y educados bajo una religión monoteísta. Lo que no aceptamos los miembros de la religión judeo-cristiana-islámica, es el hecho de que cuando hablamos de Dios nos estamos refiriendo a un ser diferente, el único ser absoluto. Y siempre queremos entenderlo “absolutizando” nuestras condiciones relativas. Podemos afirmar elementos tales como el poder absoluto de Dios, el hecho de que conozca todo, el hecho de que ame, porque la perfección contradice la maldad, la ignorancia o la debilidad. Lo que no podemos saber es porque eligió este modelo y no otro, de la misma manera que no podemos entender que quiere decir que alguien sea eterno e infinito, porque nosotros estamos entrampados en el tiempo y en el espacio, solo podemos suponer estas cualidades, pero somos incapaces de aprehenderlas.
La vida sería mucho más fácil si hiciéramos hincapié en el amor. No hay que temer a la libertad; el sometimiento solamente produce daños en la persona, aunque sea útil a una clase, los que someten.
Libertad, amor, no significan libertinaje ni abdicación del modelo en el que hemos sido creados. Pero este modelo se puede vivir de maneras muy diferentes y lo que podríamos hacer es amar al prójimo a partir de no destruirlo o dañarlo, aplicando la ley civil equitativamente, abandonando ideas como que tenemos que pedir piedad porque somos malos que cometimos el Pecado Original o tenemos que someternos a vivir o vestir de maneras diferentes al común de la gente como se ha hecho tantas veces.
La vida sería mucho más fácil si hiciéramos hincapié en el amor. No hay que temer a la libertad; el sometimiento solamente produce daños en la persona, aunque sea útil a una clase, los que someten.
Libertad, amor, no significan libertinaje ni abdicación del modelo en el que hemos sido creados. Pero este modelo se puede vivir de maneras muy diferentes y lo que podríamos hacer es amar al prójimo a partir de no destruirlo o dañarlo, aplicando la ley civil equitativamente, abandonando ideas como que tenemos que pedir piedad porque somos malos que cometimos el Pecado Original o tenemos que someternos a vivir o vestir de maneras diferentes al común de la gente como se ha hecho tantas veces.